Por: Querien Vangal Febrero / 2009 El matrimonio homosexual es una cuestión importante que necesita debatirse y lo más importante en esa discusión es el marco de referencia. En Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles, los obispos de Estados Unidos urgían a las personas a que estudiaran los temas antes de ir a votar en las pasadas elecciones. Un aspecto del tema es si a las personas homosexuales se les debería permitir casarse entre ellas. Pero el punto central tiene que ver con la naturaleza y los propósitos del matrimonio como una estructura social fundamental y una institución civil. Primeramente, no se trata de una cuestión de derechos civiles, o de discriminación, o de lograr la completa emancipación de las personas homosexuales, ni tampoco de dar estabilidad a un estilo de vida. La postura cristiana no empieza con la teología sacramental, las enseñanzas morales y los pasajes de Según el diccionario de El matrimonio es pues la unión entre un hombre y una mujer. Esta verdad puede ser descubierta por la razón humana. Está escrita en la ley de la naturaleza y en el lenguaje del cuerpo y del espíritu humano. Es una verdad enaltecida desde el principio de los tiempos. La enseñanza de Dado que el matrimonio es una estructura social fundamental basada en la naturaleza humana, ni El matrimonio de un hombre y una mujer hace una contribución única a la sociedad. Es el patrón fundamental para las relaciones entre hombre y mujer. Es el modelo de la manera en que las mujeres y los hombres viven de forma interdependiente y se comprometen, para toda la vida, a buscar el bien del otro. La unión también sirve al bien de la sociedad. De ella emana la siguiente generación al proporcionar la familia las mejores condiciones para criar a los hijos, esto es, la relación amorosa y estable de un padre y una madre presente sólo en el matrimonio. Otras relaciones pueden contribuir al bien común, pero no realizan en un sentido completo lo que hace el matrimonio. ¿Debería haber matrimonio entre personas del mismo sexo? Algunas personas buscan localizar la cuestión dentro del marco de los derechos individuales y la justicia. La enseñanza cristiana afirma la dignidad de las personas homosexuales y pide que sean tratadas con respeto. Esto significa, entre otras cosas, que el estado puede crear leyes para proteger los derechos de estas personas y para proporcionarles beneficios sociales. Algunos ejemplos incluyen medidas para asegurar el acceso a puestos de trabajo, vivienda, cuidado médico, derecho a tener propiedad en común y la potestad de tomar decisiones médicas por la otra persona. Existen beneficios y derechos que deben estar garantizados para cada persona. Pero el remedio para casos específicos de injusticia - falta de beneficios o de derechos- no puede ser una injusticia aún mayor, es decir, cambiar la definición del matrimonio. El matrimonio está dirigido al servicio del bien común, no a proporcionar derechos y beneficios dentro de esa relación. No es, pues, necesario ni incluso deseable alterar una estructura social fundamental para proteger los derechos individuales y otorgar a todos los ciudadanos sus legítimos beneficios sociales. El asunto del matrimonio entre personas del mismo sexo debe entenderse como una cuestión sobre el matrimonio tal como ha sido recibido del Creador y subsecuentemente recibido de cada generación a través de la historia. Percibirlo como una cuestión de justicia para las personas homosexuales supone ubicar la conversación en el lugar equivocado.
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