domingo, 27 de diciembre de 2009

El nivel de un gobernante

Por: Querien Vangal

Enero / 2009

El Arzobispo brasileño pide a los electores mirar la cualidad de ser "digno y honesto".  Pide además, que los electores estén atentos para saber si su voto en las elecciones en el país será destinado a personas de "envergadura moral".

En un artículo, monseñor Walmor Oliveira de Azevedo, arzobispo de Belo Horizonte, afirma que el "modo de ser" de quienes, tiempo atrás, eran considerados ciudadanos de envergadura moral, deja transparentar "como honra mayor la cualidad de ser digno y honesto".

"Es un aliento cuando se proclama de alguien su envergadura moral, considerando el celo con que ejerce su profesión, y no su búsqueda de muchos bienes, la rectitud con que gobernó sufragado por la confianza de un pueblo" gracias a su modo "transparente de hacer política o su vida en el ámbito familiar".

Según el arzobispo, "la práctica de estos valores configura la envergadura moral de cada persona, favoreciendo el desarrollo auténtico de la dignidad humana y edificando una convivencia social perfeccionada".

Monseñor Walmor de Azevedo considera que las "reformas sustanciales de las estructuras económicas, políticas, culturales y tecnológicas, e incluso los cambios en las instituciones, dependen de la envergadura moral de sus agentes".

"Sin esta envergadura moral", asegura, no se dan la "condiciones para realizar cambios y fomentar procesos para respuestas nuevas".

Ante esto, "es urgente trabajar, incluso luchando contra corriente, para restituir el aprecio de la envergadura moral como bien central de la conducta humana".

"La falta de envergadura moral está comprometiendo procesos y anulando posibilidades de un nuevo camino social y político. Los liderazgos son frágiles en razón de la falta de envergadura moral".

"El interés mayor es siempre el de obtener ventajas y comodidades. Tenemos más gente a la caza de ventajas y comodidades que trabajando de verdad para la edificación de una sociedad solidaria y justa", afirma el arzobispo.

En este tiempo de elecciones municipales en Brasil, monseñor Walmor afirma que "los padrinazgos no pueden ser suficientes para votar a alguien. Menos aún alguien puede ser votado sólo por ser presentado por otros o por los partidos".

"Cuando alguien es elegido, lo que cuenta no es quien lo presentó o si tiene el apoyo de quien gobierna. Su gobierno dependerá de su envergadura moral", concluye el arzobispo.

La conclusión categórica es de que el nivel de un gobernante depende de su envergadura moral, lástima que esta sea tan escasa.  Pero cabe asentar que esta envergadura responde a la del pueblo que gobierna.  De ahí el célebre apotegma del Charles Alexis Henri Clérel, señor de Tocqueville: "Los pueblos tienen el gobierno que se merecen".

"Envejecer es el unico medio de vivir más tiempo"
 



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