Por: Antero Duks Junio / 2009 Es catalogado por sus alumnos como "el mejor maestro del mundo", y sin duda alguna el mejor maestro que han tenido. Enseña cálculo y matemáticas a adolescentes en una institución privada en Anaheim, California (Fairmont Preparatory Academy). En 2008 los alumnos de dicha institución obtuvieron las notas más altas del concurso nacional en Estados Unidos. Los 81 alumnos suyos que participaron obtuvieron un promedio de 4.79 sobre 5, siendo que 69 de entre ellos obtuvieron la nota perfecta: 5. En febrero pasado, Sam Calavitta recibió el premio Siemens de "Excelencia Académica", que se otorga a profesores en Estados Unidos por "su enseñanza ejemplar y su compromiso entusiasta". Ingeniero Interespacial y padre de nueve niños, este destacado profesor de colegio está convencido que su mayor enemigo y de la educación en general, es el aburrimiento. Su clase, absolutamente dinámica y "ruidosa", se basa en su propio método que consiste en entrenar a sus alumnos en las matemáticas, como se entrena en el deporte. Para él, el fracaso escolar está basado en la frustración y el estrés que sienten los alumnos; por ello, su clase es ante todo lúdica, divertida y motivadora. Ex profesor de luchas, así como luchador de buen nivel y amante del triatlón, el llamado Mr. Cal utiliza su pasión por el deporte para entrenar verdaderos campeones en cálculo y razonamiento matemático. En su clase los alumnos no están sentados frente a una hoja, con un lápiz en la mano. Ya sea con panes de caja, chorizos, verduras (para comprender el concepto de volumen), o lo que sea, este profesor pretende que sus alumnos aprendan y comprendan los razonamientos base de las matemáticas, para que nunca se les olvide. Como en el entrenamiento del deporte, estos alumnos se mueven, gritan, aplauden y gozan la victoria tras un buen resultado. Sus estudiantes no son genios, ni él pretende que lo sean, simplemente enseña el gusto por el cálculo diferencial e integral, ya que es la base de la ciencia, la ingeniería y la economía. Consciente de que las matemáticas y el cálculo no son pan comido para todos, Sam Calavitta organiza sesiones especiales en la hora del recreo o los sábados por la mañana –cursos de recuperación a los que asisten unos 60 alumnos–. Lo suyo no es formar en la genialidad, sino en la perseverancia. Entusiasta y, sin duda alguna, apasionado por la enseñanza a niños y jóvenes, entre otras cosas, este singular maestro organiza junto con su esposa, campamentos en donde enseña la lucha y pretende con ello formar el carácter de los adolescentes. En vísperas del día del maestro, Mr. Cal nos hará recordar a aquellos maestros que desfilaron en nuestra educación y de los cuales recordamos la pasión con la que nos trasmitían el gusto por aprender. Para fraseando la Canción Mixteca, diría cualquier niño de Oaxaca: "Que lejos están los maestros de Oaxaca de Calavitta, inmensa envidia invade mi afán de aprender, y al verme tan ninguneado y olvidado, quisiera llorar, quisiera llorar de coraje"
«Por mi patria hablará la razón de la justicia» |
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