sábado, 3 de abril de 2010

¿Qué festejamos?


Por: Alberto Núñez Esteva


Presidente de Sociedad en Movimiento


Marzo / 2010



¿Qué festejamos en el bicentenario? ¿La independencia? Nosotros los indígenas éramos los dueños de estas tierras hasta la llegada de los españoles y ahora, después de 200 años de independencia diez millones de habitantes de los pueblos originales seguimos relegados y excluidos del progreso.



Así decía, en una interpretación libre de quien esto escribe, un líder de los pueblos originarios —como ellos desean que se les llame— durante su participación hace unos cuantos días en el foro organizado por la Fundación Pro México Indígena y por los indígenas mismos.



¿Qué festejamos en el centenario? ¿La revolución? Nosotros los indígenas, los de los pueblos originarios, somos los pobres entre los pobres. Los más pobres entre esos cincuenta millones de mexicanos que carecen de lo necesario y algunos de ellos de lo indispensable. ¿Revolución para qué y para quiénes? La educación de nuestros niños es la más deficiente entre la deficiente educación que se imparte en México; la justicia es una para los ricos y poderosos, y otra para nosotros; las autoridades nos obligan a presentar oficios y más oficios para acceder a los fondos que requieren nuestros proyectos, oficios que difícilmente entendemos. Y tantas y tantas cosas más…



Durante el foro organizado por los indígenas y cuyo tema central era la revisión de los avances de los Acuerdos de Hermandad propuestos el año anterior, hablaron sus líderes. Dentro del marco del Museo de Antropología e Historia, indígenas bien bragados tomaron la palabra y se expresaron con inusitada fuerza; también las mujeres hablaron con tal sabiduría y ternura que hicieron brotar lágrimas entre los asistentes; también hablaron chicas adolescentes estudiantes de preparatoria. Todos y todas ellas portando con gran orgullo bellísimos trajes autóctonos que envolvían no sólo su cuerpo sino su alma y su espíritu.



Más que la pobreza, decían, nos duele la exclusión; pero nuestra cultura se mantiene viva, fuerte y estamos orgullosos de ella. Amamos y respetamos la madre tierra; nuestra cosmovisión abarca los cuatro puntos cardinales, el infinito, el futuro y el pasado; respetamos a nuestros ancestros, a los ancianos, a nuestra medicina tradicional, a los animales, a los árboles y a las flores. Luchamos por preservar nuestra identidad, nuestros valores comunitarios, nuestros vestidos, nuestra artesanía y nuestra historia milenaria. Las obras de nuestros antepasados, Chichén Itzá, Palenque, Teotihuacán, y muchas otras más, son patrimonio de la humanidad. Nosotros debemos ser sus custodios, pero se nos excluye a nosotros, que somos sus herederos.



Veamos hacia el futuro en este año del bicentenario —continúan—. Firmemos los Acuerdos de la Hermandad con los miembros del gobierno, de la academia, del sector empresarial, de las organizaciones de la sociedad civil y de organismos internacionales, todos ellos debidamente representados en este foro. Nosotros, los indígenas, queremos integrarnos a su cultura participando en las cadenas de valor de sus empresas, recibiendo capacitación y educación para hacerlo exitosamente, accediendo a su tecnología y a su conocimiento. Queremos salir de nuestra pobreza a través de nuestro propio esfuerzo, aprendiendo a pescar y no sólo recibiendo el pescado en la boca. Sí, queremos entrar en su mundo con la frente en alto y mirándonos de frente, nosotros respetándolos a ustedes y ustedes reconociendo nuestra dignidad, nuestra identidad y nuestra cultura. Todos podemos aprender de todos.



Largo sería relatar ese grito intenso, profundo, estremecedor, de los pueblos originarios, de nuestros hermanos indígenas. Ese mismo día, al finalizar el evento, se constituyó el Consejo Consultivo de la Fundación Pro México Indígena, con la participación de personajes distinguidos de los pueblos originarios, de la academia, del sector empresarial, de los sindicatos, y de las organizaciones de la sociedad civil, siendo testigos de honor nuestra primera dama, la señora Margarita Zavala, el secretario de Desarrollo Social y el titular de la CDI.



Nosotros, como titulares de Sociedad en Movimiento, tuvimos la oportunidad de exponer el proyecto "México a Debate", entre cuyos convocantes se encuentran algunas organizaciones indígenas, y, a través de él, abrir los brazos a los pueblos originarios y exponer nuestra lucha, juntos, para abatir la pobreza, la miseria y la desigualdad; para luchar porque la educación de los indígenas sea tan buena como la mejor; para señalar que la justicia debe ser una sin distinguir entre pobres y ricos; para incentivar el desarrollo económico a través de la vocación de las regiones y con respeto a las culturas locales. Todos unidos en lo esencial, intentando recuperar la esperanza perdida.




¿Será el bicentenario el principio de un nuevo amanecer? A partir de ahora, ¿Se darán los pasos para alcanzar una verdadera independencia y una revolución pacífica que logre el desarrollo integral y con identidad de los pobres entre los pobres? Démosle tiempo al tiempo. El reto ha sido lanzado y el guante en el aire ha sido recogido.




Alberto Núñez Esteva


Presidente de Sociedad en Movimiento












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