Cuanta gente pasa por esta vida, desarrollando una labor gigantesca con el único afán de servir a sus semejantes. Son gigantes de la humanidad, desarrollan una labor encomiable sin biombos y platillos, invadidos por una humildad cristiana, dejan su huella imborrable e invaluable, y cuando parten al viaje eterno la hacen saliendo por la puerta de atrás, como el más humilde servidor.
A esta clase de gente perteneció don Carlos Llano Cifuentes, veamos lo que nos dicen de él el equipo de Yoinfluyo.com
Por: Equipo yoinfluyo.com
mayo / 2010
¿QUIÉN FUE CARLOS LLANO?
Carlos Llano Cifuentes se ha marchado de esta tierra. Un humanista en toda la extensión de la palabra, cuya obra y palabras resonaron en cientos de aulas e impregnaron las creencias y el actuar de cuando menos miles de personas, partió a su encuentro con e Padre este 5 de mayo de 2010.
Aquel hombre que naciera un 17 de febrero de 1932, siempre tan preocupado por el bien común, por la solidaridad y la ayuda generosa y desinteresada, falleció a los 78 años de edad de causa naturales, en Miami, Estados Unidos.
Sus ideas, que quedaron plasmadas en más de 30 títulos y 249 artículos en revistas y cientos de periódicos, no permanecieron en terreno abstracto, en el etéreo mundo de las ideas, sino que fueron llevadas a la práctica por su autor en cada una de las actividades que desempeñó.
Entre algunas de sus obras que nos quedan como legado, se encuentran: "Análisis de la acción directiva", "Las formas actuales de la libertad", "Los fantasmas de la sociedad contemporánea", "Sobre la idea práctica", "La formación de la inteligencia, la voluntad y el carácter" y "Examen filosófico del acto de la decisión". Mientras que su última obra se presentaría el próximo 26 de mayo en el DF.
Su caminar en el mundo académico incluye su doctorado en Filosofía por la Universidad de Navarra; y la fundación, en 1958, de la revista "Istmo", vigente hasta nuestros días, la cual tenía como finalidad difundir cultura valiosa para los lectores con inquietud de pensamiento. Un año más tarde se convirtió en su director, cargo que ocupó hasta 1984.
Pero su sed de conocimiento y su amor por la sabiduría (significado de la palabra filosofía) lo llevaron a convertirse en Presidente Fundador del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE, Ciudad de México), en uno de los miembros fundadores de la Universidad Panamericana, en rector del plantel; así como profesor de ambas instituciones. En la primera en el área de Factor Humano; en la segunda en la Escuela de Filosofía, de la cual también fue impulsor.
Su creciente y constante preocupación por la educación, fueron factores clave para que en 1999 recibiera el Premio Eugenio Garza Sada, el cual se basó en su entrega al trabajo, su devoción por la educación, su congruencia y promoción del desarrollo tanto económico, como social de México.
Su pluma, sus palabras y cátedra formaron e influyeron a generaciones de jóvenes –sin importar si eran sus alumnos o meros lectores de sus obras–, así como a auditorios enteros que se congregaban para escuchar sus magistrales ponencias, las cuales no sólo sustentaba con sus conocimientos filosóficos, sino también con su grado de Investigador Nivel II del Sistema Nacional de Investigación.
Pero su injerencia no se limitó al ámbito académico, ya que don Carlos también fue consejero de administración de varias exitosas empresas y entre sus libros se encuentran, además de los destinados al tema de la antropología, algunos dedicados a la empresa, ideas que empaparon la misión del IPADE.
En 1994 fue acreedor a la Medalla al Mérito Empresarial por la Cámara Nacional de Comercio de la Ciudad de México (Canaco); cabe mencionar que ésta se entrega a empresarios mexicanos destacados, que por medio de su labor ofrecen un servicio sobresaliente a la sociedad.
Asimismo, don Carlos fungió como miembro de la Comisión Nacional de Derechos Humanos del Distrito Federal (CNDH-DF), presidente de Montepío Luz Saviñón IAP, asociado de la fundación México en Harvard A.C., miembro de los consejos de Administración de Grupo Posadas y Fundación Mexicana para la Calidad Total, entre otros.
SU OBRA Y PENSAMIENTO
La obra de Carlos Llano es vasta e incluye títulos de diversas categorías y temáticas. Entre los libros que escribió se encuentran:
- Análisis de la acción directiva
- Las formas actuales de la libertad
- El empresario y su mundo
- El empresario y su acción
- El empresario ante la responsabilidad y la motivación
- El postmodernismo en la empresa
- El nuevo empresario en México
- Los fantasmas de la sociedad contemporánea
- El conocimiento del singular
- La creación del empleo
- Dilemas éticos de la empresa contemporánea
- Examen filosófico del acto de la decisión
- Viaje al centro del hombre
Llano realizó una gran aportación al pensamiento y práctica de la dirección de empresas. Sin embargo, ante todo fue un gran pensador: humanista, respetuoso de la dignidad de las personas en todas sus dimensiones. Es posible afirmar que desarrolló una filosofía para las empresas de hoy, basada en un pensamiento perenne, que no pasa de moda, fundada en la persona como centro de la vida social.
Antes que las capacidades del líder, Carlos Llano enfatizó la calidad del mismo. Es decir, un líder no se caracteriza por ser el mejor en lo que hace, sino por la congruencia que se exige a sí mismo y que exige a los demás. Es el primero en practicar las virtudes que luego demanda a sus colaboradores.
A partir de esto, Llano vislumbró las infinitas posibilidades que esta disposición del dirigente podría originar en su entorno. Un líder humano, que respeta la dignidad de sus colaboradores, que los anima a seguir adelante, que entiende sus necesidades, que los escucha y sintetizan un objetivo común.
También llamó la atención a las empresas, de modo que tuvieran cuidado con buscar la generación de utilidades a toda costa, olvidando la dinámica humana que se genera en sí mismas.
Contario a las teorías organizacionales que proponen como tesis básica el egoísmo humano y la búsqueda de poder, Llano se atrevió a romper ese paradigma recuperando lo más básico de la convivencia humana: el respeto y la promoción de la dignidad de las personas.
LA PARTIDA DEL MAESTRO CARLOS LLANO
De las muchas cosas que duelen de la partida de Carlos Llano es que México ha perdido a un gran humanista. El pensamiento administrativo ha perdido a uno de sus grandes promotores. El pensamiento filosófico cuenta entre sus anales con un gigante humilde que gustaba de hacerse pequeño.
Más allá de los títulos y reconocimientos, lo que más duele con su muerte es la pérdida de su calidad humana. De acuerdo con el periodista y literato Raúl Espinoza Aguilera, quien tuvo la fortuna de establecer una relación de amistad con don Carlos, éste murió "al pie del cañón", llevando a cabo la misión especial encomendada por el fundador del Opus Dei, San Josemaría Escrivá de Balaguer.
Carlos Llano Cifuentes, este gran mexicano, entregó su vida al servicio, pues, como indica el mismo Espinoza Aguilera, si por él hubiera sido, simplemente se hubiera dedicado al negocio de su familia. Indudablemente su destino era dejar huellas profundas, imperecederas y caminar una travesía que pocos se atreven a recorrer.
¡Descanse en paz!
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