domingo, 27 de mayo de 2012

El que no vive para servir, no sirve para vivir


Eres fuerte

Una persona fuerte sabe cómo mantener en orden su vida. Aún con lágrimas en los ojos, se las arregla para decir con una sonrisa, "estoy bien".

Envía este mensaje a una persona fuerte. Yo acabo de hacerlo. Dios es bueno. El cambio viene. Dios vio tu tristeza y dijo que los tiempos duros han pasado. Si crees en El, envía esto a varias personas, incluyéndome a mí. Espera lo que pasara en cinco minutos! Se honesto y envíalo a todos los que te hicieron sonreír este año. Te sorprenderá ver cuánta gente te responde. Gracias por hacerme sonreír. Vive, ríe, ama.

"Pon al Señor en el primer lugar de todas las cosas, y El coronará de éxito todos tus esfuerzos"**

Quien te lastima te hace *FUERTE*,

Quien te critica te hace *IMPORTANTE*,

Quien te envidia te hace *VALIOSO*,

Y a veces es divertido saber que aquellos que te desean lo peor....

tienen que soportar que te ocurra *LO MEJOR!!!*

Le oro a Dios para que te cuide, le oro a Dios para que te ilumine, le oro a Dios para que esté siempre a tu lado y le oro a Dios para que nunca te falte la Felicidad. Debes darlo a los que mas quieres, inclúyeme si me quieres..













El poder de Dios.

SUCEDIÓ EN EGIPTO

UN EGIPCIO ÁRABE MUSULMÁN MATÓ A SU ESPOSA PORQUE LA ENCONTRÓ LEYENDO EL EVANGELIO. ENTONCES DECIDIÓ NO TENER NADA QUE VER CON ELLA, NI CON SU DESCENDENCIA Y LA MATÓ Y SEPULTÓ EN UNA CRIPTA ( COMO SE HACE EN EGIPTO). TAMBIÉN SEPULTÓ EN LA CRIPTA A SU BEBÉ (NENA) RECIÉN NACIDA Y A SU HIJA DE 8 AÑOS "VIVOS".

DIJO A LA POLICÍA LOCAL QUE UN LADRÓN ASESINÓ A SU FAMILIA Y QUE LOS SEPULTÓ PORQUE PASARON VARIOS DÍAS Y SE ESTABAN DESCOMPONIENDO.

15 DÍAS DESPUÉS DE LO SUCEDIDO UN TÍO, PARIENTE DE ÉL, FALLECIÓ DE CAUSAS NATURALES Y LA FAMILIA PROCEDIÓ A SEPULTARLO EN LA CRIPTA DEL MUSULMÁN. TUVIERON QUE ABRIRLA PARA PASAR EL CUERPO, CUANDO DESCUBRIERON A LA NIÑA Y A LA BEBÉ " Y ESTABAN VIVOS."

TODO EL PAÍS QUEDÓ SHOCKEADO Y EL HOMBRE SERÁ EJECUTADO SEGÚN LAS LEYES MUSULMANAS EGIPCIAS.

LA POLICÍA PREGUNTO A LA NIÑA ¿CÓMO HIZO PARA SOBREVIVIR 15 DÍAS ENCERRADA Y CON UNA HERMANITA BEBÉ?

ELLA RESPONDIÓ MUY NATURALMENTE: "UN HOMBRE QUE USABA ROPAS BRILLANTES Y TENÍA HERIDAS EN LAS MANOS VENÍA TODOS LOS DÍAS PARA ALIMENTARME Y SIEMPRE DESPERTABA A MI MAMÁ PARA QUE LE DIERA EL PECHO A MI HERMANITA".

LA NIÑA FUE ENTREVISTADA POR UNA CONOCIDA PERIODISTA DE UNA TV NACIONAL EGIPCIA QUE TENÍA EL ROSTRO CUBIERTO CON CHADOR SEGÚN LA COSTUMBRE MUSULMANA.

LA NIÑA DIJO ESTO A LA TV: "FUE EL JESÚS QUE ME CONTABA MI MAMÁ QUIEN VINO A CUIDARNOS, AHORA SE QUE ÉL HACE COSAS ASÍ, MI MAMÁ ME LO CONTABA, LAS HERIDAS QUE EL TENÍA EN LAS MANOS ERAN IGUALES QUE LAS QUE MI MAMÁ ME CONTÓ QUE LE HICIERON CUANDO LO CRUCIFICARON, PERO ESTÁ VIVO. YO LO VI Y ME SALVÓ A MÍ Y A MI HERMANITA".

QUEDÓ CLARO PARA TODO EGIPTO QUE ESA NIÑA NO PODÍA INVENTAR ESA HISTORIA Y QUE VIVIERON UN MILAGRO VERDADERO. LOS LÍDERES MUSULMANES TENDRÁN UN TRABAJO MUY DIFICULTOSO PARA EXPLICAR ESTA HISTORIA. MÁXIME QUE EN UN PAÍS MUSULMÁN COMO EGIPTO EL FILM " LA PASIÓN DE CRISTO " SE ESTA VOLVIENDO MÁS Y MÁS REQUERIDO POR LA GENTE.

CON ESTA HISTORIA HAY CERTEZA QUE JESÚS ESTA EXPANDIENDO AÚN HOY SU MILAGROSA PALABRA, SU MENSAJE Y SU AMOROSA INFLUENCIA POR TODOS.

EXPANDE ESTA HISTORIA. "BENDECIRÉ A LA PERSONA QUE COLOQUE SU CONFIANZA EN MI" (JEREMÍAS 17).

SALMO: 23 "El señor es mi pastor nada me faltará".

Envía este Salmo, no lo cortes es por mi hogar y el tuyo también y nada te faltará. Cuando Dios te quita algo de tus manos no te está castigando, sólo está abriéndote las manos para que recibas algo mejor. El poder de Dios nunca te llevará donde la gracia de Dios no te pueda proteger. Algo bueno te pasará, algo que tú estabas esperando, por favor no te des por vencido. Repite estas palabras: Dios nuestro padre camina dentro de mi casa y llévate todas mis preocupaciones y enfermedades y por favor protege a toda mi familia en el nombre de Jesús, Amén.

Pasa esta oración a todos tus contactos incluyéndome a mi, mil Bendiciones recibirás. Está Dios primero en tu vida? si es así, deja de hacer lo que estas haciendo y envíalo.





martes, 8 de mayo de 2012

La misión de la familia en la verdad y la esperanza en el México del tercer milenio



La familia está llamada a ser un reflejo del amor y de la vida trinitaria en Dios y, desde esta convicción, la reconocemos como corazón y rostro de la esperanza para la Iglesia y la sociedad en México

Por: Mensaje de los obispos a las familias mexicanas

Abril / 2012

Al término de su XCIII Asamblea Ordinaria, celebrada en Lago de Guadalupe, estado México, del 16 al 20 de abril, los obispos mexicanos han dirigido un mensaje a las familias mexicanas, en el que invitan a unirse al VIII Encuentro Mundial de las Familias de Milán. Ofrecemos el texto completo del mensaje.

Mensaje a las familias mexicanas

“Y todos los días, en el templo y de casa en casa, no cesaban de enseñar y proclamar que Jesús es el Mesías” (Hch 5, 42)

1. Al concluir nuestra 93 Asamblea Plenaria, con el tema “La misión de la familia en la verdad y la esperanza en el México del tercer milenio”, los obispos de México, sucesores de los Apóstoles, como promotores y animadores de la esperanza, no cesamos de enseñar y proclamar a Cristo Resucitado a todos y ahora, de modo especial, a las familias mexicanas, llamadas por Dios a ocupar el lugar que les corresponde en la Iglesia y en la sociedad. En la alegría de la Pascua, les dirigimos nuestro saludo, así como a toda persona de buena voluntad.

2. En esta Asamblea, iluminados por la Luz del Resucitado y guiados por su Espíritu, hemos profundizado como pastores en la realidad de la familia en México, buscando acercar esa realidad a la verdad y asumiendo una actitud pastoral de cercanía, diálogo y misericordia con todas las personas. Por una parte, constatamos que la familia es la institución más importante en la vida social de los mexicanos y, por otra, reconocemos que se está dando un proceso de cambio en las llamadas estructuras familiares, entre las cuales, la que más bienestar aporta a la población en nuestra sociedad democrática, es la estructura formada por el esposo, la esposa y sus hijos, lo cual se demuestra históricamente y en los hechos.

3. Nos alientan las luces o valores de nuestras familias, entre los que podemos señalar: su unidad y pertenencia, la solidaridad y generosidad, el sentido de la fiesta y su dedicación al trabajo, la hospitalidad y la alegría, el gran valor de su fe y confianza en Dios y el entusiasmo apostólico de muchas de ellas. Todo esto es una enorme contribución en relaciones y recursos que la familia aporta a la Iglesia y a la sociedad. Pero también observamos que estos valores han sido impactados por los cambios que se van dando y que hacen surgir sombras o circunstancias difíciles o dolorosas en la misma familia como, por ejemplo: el creciente número de uniones libres, padres solos, divorcios, abandono de los hijos, violencia intrafamiliar y social, una sexualidad vivida al margen del amor y la fecundidad, pobreza, trato injusto a la mujer que trabaja, trata de personas, el fenómeno de la migración, el alcoholismo o las drogas. Todo esto propicia la desintegración familiar, con un alto costo humano y social.

4. Como el mismo Jesús, la Iglesia anhela decir a cada familia: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa” (Lc 19, 9). Él invita a cada familia a ser iglesia doméstica, pequeña comunidad de vida y amor, en donde se haga realidad el proyecto original de Dios para el matrimonio y la familia (Mt 19, 4-6). Él mismo, que integró una familia con San José y la Virgen María (Lc. 2, 40-52), enseña y conduce a las familias a vivir el amor y la comunión, y las envía como sus testigos en medio del mundo, nutriéndolas con los sacramentos, especialmente la Eucaristía, y con el pan de la Palabra. Toda la Sagrada Escritura es una revelación de las características del ser y la misión de la familia; es la fuente segura de su identidad. Invitamos a todos a conocerla y dejarse conducir por ella. No tengamos miedo de abrir nuestra libertad al proyecto original de Dios, que creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, diferentes para complementarse, y les concedió la bendición de la fecundidad.

5. Ante todo esto y desde nuestra fe y esperanza en Jesucristo, estamos convencidos de que este tiempo es la ocasión propicia para esforzarnos en comprender lo que realmente está sucediendo en torno a la familia. Vivimos en medio de cambios rápidos y pareciera que éstos son los que orientan el ser y la misión de la familia. Pero, ¿No sería ahora el momento de preguntarnos si corresponde a la familia cristiana ser el factor decisivo que oriente esos cambios? El presupuesto necesario para este cambio profundo es la conversión personal y pastoral al Evangelio del matrimonio, la familia y la vida.

6. La familia está llamada a ser un reflejo del amor y de la vida trinitaria en Dios y, desde esta convicción, la reconocemos como corazón y rostro de la esperanza para la Iglesia y la sociedad en México. Ella no puede seguir siendo tan sólo un objeto de la acción de la Iglesia y de la sociedad, sino, sobre todo, ha de ser sujeto activo y protagonista de la evangelización y del desarrollo social en todas sus dimensiones. Consideramos que esto es el centro de su ser y de la misión que Dios le encomienda hoy: ¡Es el tiempo de la familia! El futuro de la evangelización, como de la humanidad misma, depende mucho de ella. Por eso, haciendo nuestros el amor y la confianza del Papa Juan Pablo II en la familia le decimos: ¡Familia, cree en lo que eres! ¡Familia, sé lo que eres!

7. En la familia es muy importante la presencia del padre y de la madre: los hijos, fruto y signo visible de su amor, necesitan a ambos para forjar sanamente su personalidad, integrando armoniosamente sus diversas áreas. Esto requiere la estabilidad y la corresponsabilidad en el matrimonio. Invitamos a los esposos a luchar por ser fieles a su amor en un sí humano que se abre al sí incondicional de Dios, para sostenerse y madurar aun en los momentos difíciles. El matrimonio del que nace la familia, asumido y elevado por Cristo a la dignidad de sacramento, es signo de su entrega amorosa por todos nosotros. Invitamos especialmente a los jóvenes a no tener miedo a la vida matrimonial y familiar, y al compromiso maduro de un amor que es capaz de entregarse en la fidelidad para toda la vida. Ahí está el camino de su verdadera felicidad, de la que Dios es custodio y garante.

8. La familia se apoya subsidiariamente en la escuela formal en donde los maestros tienen la mayor cercanía con los niños, adolescentes y jóvenes. ¿Cómo lograr que la escuela sea una verdadera extensión del hogar? Ella no puede pretender sustituir a los padres en su misión educadora y, a su vez, es necesario que los padres apoyen también a los maestros en su labor docente. La misma Iglesia tiene conciencia de su vocación de acompañar a los papás en la educación en la fe de sus hijos. En resumen, familia, escuela e Iglesia, así como el Estado y otras instituciones de carácter social, deben colaborar entre sí para la realización de la tarea educativa.

9. Y cómo lograr que los medios de comunicación social ayuden a la familia a experimentar la verdad y la belleza de un amor estable, responsable y abierto a la vida? Reconocemos en estos medios la capacidad de apoyar a la familia y de fortalecer su identidad, pero también de perturbarla y hacerle dudar del ser y misión que Dios le confió. Invitamos a quienes sirven a la comunidad a través de ellos a tomar su responsabilidad ante Dios y la sociedad, respecto al matrimonio y la familia, que es santuario de la vida.

10. El papa Benedicto XVI, en su reciente Visita Pastoral a México, ha tenido palabras de reconocimiento y estímulo a la familia, comenzando por los niños, a quienes dijo: “Cada uno de ustedes es un regalo de Dios para México y para el mundo. Su familia, la Iglesia, la escuela y quienes tienen responsabilidad en la sociedad han de trabajar unidos para que ustedes puedan recibir como herencia un mundo mejor, sin envidias ni divisiones”; les aconsejó tener a Jesús como el mejor de sus amigos y a encontrarse con Él en la oración: “Los invito, pues, a rezar continuamente, también en casa; así experimentarán la alegría de hablar con Dios en familia”.

11. De la misma manera, los obispos de México dirigimos una palabra de aliento a las familias que se mantienen fieles a su amor, que viven su vocación a la luz de la fe y que van encontrando en ella el sentido de su esfuerzo y de sus sufrimientos cotidianos. Así mismo, junto con el Santo Padre, les manifestamos nuestra cercanía y solidaridad a tantas familias que se encuentran divididas o forzadas a la migración y a muchas más que padecen a causa de la pobreza, la corrupción, la violencia doméstica, el narcotráfico, la crisis de valores o la criminalidad. Nuestro compromiso pastoral nos impulsa a ir al encuentro de todos los matrimonios y familias en sus más variadas circunstancias. Con toda la Iglesia, queremos mostrarles el rostro misericordioso de Dios, manifestado en Cristo Jesús, y compartir su dolor, en la fe, la esperanza y el amor.

12. ¡Familia, sé lo que eres! De tu ser mismo se desprende tu misión. Y tu primera obra misionera es ser educadora. Tú eres la primera escuela en donde la persona se abre a la vida y donde se forja el hombre y el futuro de la Iglesia y de la sociedad. Tú eres la primera que transmite a las nuevas generaciones la alegría de creer en Dios; la que enseña el abc del amor de Dios y del amor humano que se transforman en valores y virtudes para la vida cotidiana. Eres escuela de paz; tú enseñas el camino de la paz mediante la justicia basada en la reconciliación y el perdón (cfr. Exhortación Pastoral “Que en Cristo nuestra Paz México tenga Vida Digna”). ¡Familia, toda la Nación mexicana necesita de ti!

13. Admiramos la grandeza de la vocación y misión que has recibido de Dios. Queremos animarte a vivirlas, queremos impulsarte a realizarlas y queremos llamar a todas las demás instituciones, religiosas y civiles, a ayudarte a ser lo que Dios quiere que seas, y a consolidarte, promoviendo todo aquello que necesitas para cumplir tu misión, y evitando lo que pueda perturbarte, dañarte o hacerte sufrir. Te invitamos a creer en el proyecto de Dios, a madurar en tu fe, y a experimentar la alegría de educar y transmitir esa fe como discípula misionera de Cristo.

14. Como pastores, reafirmamos nuestro compromiso permanente con la familia y reasumimos el Mensaje Final de nuestra 75 Asamblea Plenaria: “¡Basta! a toda destrucción de nuestras familias. Nos comprometemos a atender esmeradamente a la familia desde nuestro ministerio. Con toda la fuerza de la Nueva Evangelización, llamamos hoy a nuestros sacerdotes, a los consagrados y a los laicos a establecer un compromiso firme y audaz por anunciar, celebrar y servir el Evangelio del matrimonio, de la familia y de la vida en un espíritu de comunión” (n. 15).

15. Finalmente, invitamos a todos a unirse espiritualmente al próximo VIII Congreso Mundial de las Familias, que tendrá lugar en Milán del 30 de mayo al 3 de junio, a recoger sus frutos y a iluminar con el Evangelio las realidades humanizadoras del trabajo y la fiesta, especialmente el Domingo, Día del Señor y día de la familia. Invitamos también a cada familia a que se disponga a vivir intensamente, a partir del próximo 11 de octubre, el Año de la Fe, al que nos ha convocado el Papa Benedicto XVI. En este tiempo de gracia, la familia, célula viva de la Iglesia y de la sociedad, se verá fortalecida en la esperanza y nutrida en su vocación al amor.

Confiamos a la maternal intercesión de la Virgen de Guadalupe el cuidado y protección de todas las familias mexicanas



Santi y la muerte cerebral


En un ámbito como éste no se puede dar la mínima sospecha de arbitrio y, cuando no se haya alcanzado todavía la certeza, debe prevalecer el principio de precaución

Por: Lucrecia Rego de Planas
Fuente: Catholic.net

He visto a muchos muertos en mi vida.

El primero... a los nueve años de edad. Me llevaron del colegio al entierro del profesor Magaña, maestro de matemáticas. Recuerdo, como si fuera ayer, su rostro grisáceo dentro del ataúd, sus ojeras profundas y negras... Acerqué mi mano a su frente, pues le tenía gran aprecio, y sentí por primera vez el frío característico de un cuerpo sin vida... sensación que guardo en mis recuerdos hasta el día de hoy. El profesor estaba muerto, sin lugar a dudas.

De él, siguió la maestra de música, quien murió de púrpura sanguíneo ese mismo año y la veo aún en mi memoria, en su ataúd, con la cara amoratada... como si la hubieran golpeado, al igual que sus manos, entrecruzadas en el pecho. Su rostro rígido era el rostro mismo de la muerte. Estaba muerta, sin duda alguna.

No contaré de todos los muertos que han pasado por mi vida, pues el cuento se haría demasiado largo, pero he visto morir abuelos y abuelas, tíos y tías, primos y amigos cercanos, he visto morir a mi madre y a mi suegra... a todos ellos he tenido la oportunidad de despedir con un último beso en la frente y... todos... absolutamente todos, han dejado en mis labios el recuerdo del frío y la rigidez propias de la muerte.

No es así el caso del pequeño Santi, amigo del séptimo de mis hijos, a quien tengo ahora frente a mí, tendido en una cama de hospital y conectado a un respirador que va directo a su garganta y a varias sondas que entran en sus pequeños brazos.

Santi ingresó al hospital hace un par de días, para una sencillísima operación de amígdalas... las cosas se complicaron... tuvo una hemorragia interna que desencadenó una hemorragia cerebral y... ahora, los doctores afirman que Santi está muerto y recomiendan a los papás, con exagerada insistencia, donar todos sus órganos, empezando con el corazón, por supuesto.

Debo decir que Santi no es un muerto como los otros que han visto mis ojos: su cuerpo está tibio, su corazón late a ritmo normal, sus pulmones inhalan y exhalan al ritmo del respirador... su cara está rosada y sus facciones no tienen ningún signo de rigidez.

¿Está Santi realmente muerto?

¿Tan muerto como para poder sacarle el corazón latiendo, con la plena seguridad de no estar cometiendo un sacrificio humano, al estilo de los aztecas?

Es curioso que los doctores y enfermeras le llaman “el pacientito con muerte cerebral”. Me pregunto porqué no le llaman “el cadáver” en lugar de “el pacientito”. ¿Será que ellos tampoco están seguros de que Santi esté muerto y de que su cuerpo realmente sea un cadáver?

Recuerdo que en agosto del año 2000, Juan Pablo II marcó unos criterios éticos para los trasplantes y habló de la exigencia de tener la certeza moral de la muerte del sujeto, antes de realizar cualquier transplante de un órgano vital.

¿Cómo obtener esa certeza moral en el caso de Santi?

Juan Pablo II nos dijo que, para tener la certeza de la muerte, podemos confiar en el criterio neurológico, que significa la cesación total e irreversible de toda actividad cerebral (en el cerebro, el cerebelo y el tronco encefálico).

No soy médico, pero todos los que pasamos por el bachillerato sabemos que el tronco encefálico es el que regula los signos vitales... el latido del corazón, los movimientos respiratorios y el flujo vascular.

El corazón de Santi está latiendo y sus pulmones moviéndose... su sangre está circulando. Al parecer no ha cesado la actividad de su tronco encefálico... ¿o sí? Los doctores aseguran que si su corazón late, es sólo por los medicamentos que le están administrando y no por una actividad en el tronco encefálico; aseguran también, que sus pulmones funcionan sólo por el respirador y no por una actividad cerebral.

¿Podemos estar 100% seguros de eso? La única manera de comprobarlo, para tener una absoluta certeza, sería quitar los medicamentos y quitar el respirador. Si, entonces, el corazón de Santi deja de latir y los pulmones dejan de funcionar total e irreversiblemente, significaría, con una completa seguridad, que efectivamente el tronco encefálico ha cesado su actividad.

Por supuesto... los doctores se niegan a quitar los medicamentos y el respirador, pues si el corazón deja de latir, ya no les serviría para trasplantarlo. Su “cosecha de corazones”, que significa muchos miles de dólares en sus bolsillos, se vería frustrada.

¿Deben acceder los papás a la presión de los doctores para que “en un acto de generosidad extrema” otorguen el permiso de sacarle el corazón a Santi, sin tener la certeza absoluta de que está muerto, totalmente muerto?

Benedicto XVI, nuestro gran Papa, no ha dejado la menor duda acerca de qué debemos hacer en el caso de Santi y de todos los “pacientes con muerte cerebral”.

El Papa ha pronunciado un discurso acerca de los trasplantes en el que ha retomado todas las palabras de Juan Pablo II, dando continuidad y coherencia a la doctrina del Magisterio, pero ha añadido un párrafo que complementa e ilumina la difícil decisión que deben tomar ahora los papás de Santi y los papás de todos los “Santis” del mundo.

Copio sus palabras:

De todos modos, es útil recordar que los diferentes órganos vitales sólo pueden extraerse ex cadavere [del cadáver, ndt.], que posee una dignidad propia que debe ser respetada. La ciencia, en estos años, ha hecho progresos ulteriores para constatar la muerte del paciente. Es bueno, por tanto, que los resultados alcanzados reciban el consenso de toda la comunidad científica para favorecer la búsqueda de soluciones que den certeza a todos. En un ámbito como éste no se puede dar la mínima sospecha de arbitrio y, cuando no se haya alcanzado todavía la certeza, debe prevalecer el principio de precaución.

“Debe prevalecer el principio de precaución”. Es un mandato del Papa: mientras la ciencia no pueda, como hasta ahora no ha podido (*), aportar datos suficientes para que estemos absolutamente ciertos de que el cuerpo de Santi es un cadáver, no podemos, ni debemos permitir, que los médicos saquen su corazón.

¡Gracias Benedicto XVI, eres un pastor seguro y fiel!

Preguntas o comentarios

Si deseas leer más sobre transplantes

(*) El 14 de agosto del 2008 se anunció en un artículo científico que se había logrado realizar el primer trasplante de un corazón que ya no estaba latiendo http://www.medscape.com/viewarticle/579079. Parecía ser una buena noticia, pero... el procedimiento que usaron es digno de una película de terror. Imagínenlo: los médicos “preparan” en el quirófano al donante con “muerte cerebral” y al receptor, abriéndoles el pecho a los dos y dejando sus corazones latiendo al descubierto; quitan al donante las sondas y el respirador y... observando pasivamente cómo su corazón se apaga (sin hacer absolutamente nada por reanimarlo), cuentan 75 segundos (tiempo máximo de espera para que el corazón sin latir les siga siendo “útil”) y si no vuelve a latir a lo largo del “75, 74, 73... 2, 1, 0”, orgullosos y satisfechos de tener ya la "certeza absoluta" de la muerte del donante, le arrancan el corazón sin perder un segundo y lo trasplantan a su nuevo recipiente.



La puerta a la felicidad

Después de dar sentido a la vida, da compañía, porque al aceptar la fe, se acepta a Dios, al Dios personal que se llama Cristo Jesús en el corazón.


Por: David Varela, LC
Fuente: Catholic.net

Aceptar la fe es dar un paso al vacío. Porque se puede vivir sin fe, y nada cambia. Si tengo fe, mis familiares se enferman lo mismo que si no la tuviera. Si tengo fe, la gente se muere, lo mismo que si no la tuviera. Si tengo fe...

Al preguntarse si se acepta o no, surge el mismo sentimiento que tiene quien está a punto de hacer una opción determinante en su vida. Como un paracaidista que tiene que saltar del avión. Porque el futuro personal depende de esta respuesta.

Lo primero que salta a la vista es que la fe obliga a no seguir los gustos personales cuando otros se la pasan divirtiéndose sin ningún mal externo; a contener los propios instintos cuando se pasa alguna necesidad, comprobando luego quienes nos rodean no los contienen, y roban y exigen y hacen daño... ¡y se tiene que poner la otra mejilla!

Sin embargo hay algo en la fe que atrae. Esa bondad natural que la sigue, esa alegría que tienen las personas que la poseen. Hay algo. Un no sé qué que hace imposible su rechazo. Es como una necesidad. Porque ella responde al sentido de la vida. La vida es tan corta, tan banal y débil, que no se basta a sí misma para darse sentido. Allí es donde empieza la fe.

Después de dar sentido a la vida, da compañía, porque al aceptar la fe, se acepta a Dios, al Dios personal que se llama Cristo Jesús en el corazón. También acepto la paz, porque la paz sólo Dios la da. Y, naturalmente, se acepta la felicidad que viene junto a la paz. Esta aceptación de la fe no puede reducirse al pensamiento. Es una aceptación de acciones, de parámetros. Es decir, es concreta.

La fe no es felicidad. La felicidad es una consecuencia. La fe no es paz, pero le sigue. La fe no es compañía, sin embargo te la da. La fe es dar un paso al vacío para encontrar el sentido de la vida.



EL CRISTO DE LO IMPOSIBLE

Espero esta Oración llegue en un buen momento. Con mucho cariño,

“LAS COSAS LLEGAN CUANDO TIENEN QUE LLEGAR”

EL DIOS DE LO IMPOSIBLE

El auténtico amor es aquel que sabe todo de ti, y sigue estando a tu lado.

Con mucha FE!!!!

QUERIDO DIOS, EL SANTO DE LO IMPOSIBLE.

“DIOS mio, te amo y te necesito, estás en mi corazón, bendíceme y bendice a mi familia, mi hogar, mis amigos y enemigos (porque de ellos también aprendí), guarda mis bienes espirituales, mis sueños y proyectos, sé mi abogado y ejerce tu sabiduría para defenderme de los problemas que padezco. Protégeme de los males que me acechan y aleja de mí a aquellos que solo desean mi perdición. Hoy te pido me concedas la gracia de...

(Decir el pedido) y me comprometo a difundir tu nombre y tu capacidad de escucha; en nombre de Jesús... Amén.”



No lo ignores y que DIOS te bendiga.

Cuando Dios te quita algo de tus manos no te está castigando, solo esta abriéndote las manos para que recibas algo mejor.

El poder de Dios nunca te llevara donde la gracia de Dios no te pueda proteger.

"Dios, Nuestro Padre, camina dentro de mi casa y llévate todas mis

preocupaciones y enfermedades y por favor protege a toda mi familia en el nombre de Jesús. Amén."



¿Está Dios primero en tu vida?