domingo, 25 de marzo de 2012

PADRE NUESTRO

CONVERSACIÓN CON DIOS


 
HOMBRE: Padre Nuestro que estás en los cielos

 

DIOS: Si.. Aquí estoy..

 

HOMBRE: Por favor ... no me interrumpa. ¡Estoy rezando!

 

DIOS: ¡Pero tu me llamaste!..

 

HOMBRE: ¿Llamé? No llamé a nadie. Estoy rezando.... Padre Nuestro

que estas en los cielos...

 

DIOS: ¡¡¡Ah!!! Eres tú nuevamente.

 

HOMBRE:  ¿Cómo?

 

DIOS: ¡Me llamaste! Tú dijiste: Padre Nuestro que estás en los Cielos.

Estoy aquí. ¿En que te puedo ayudar?

 

HOMBRE: Pero no quise decir eso. Estoy rezando. Rezo el Padrenuestro todos los días, me siento bien rezando así. Es como cumplir con un deber. Y no me siento bien hasta cumplirlo.


DIOS:
Pero ¿cómo puedes decir Padre Nuestro sin pensar que todos son tus Hermanos, ¿Cómo puedes decir que estás en los cielos, si no sabes que el cielo es paz, que el cielo es amor a todos...


HOMBRE:
Es que realmente no había pensado en eso.


DIOS:
Pero.... prosigue tu oración.


HOMBRE:
Santificado sea tu nombre...


DIOS:
¡Espera ahí! ¿Qué quieres decir con eso?


HOMBRE:
Quiero decir... quiero decir... lo que significa. ¿Cómo lo voy

a saber? Es parte de la oración. ¡Solo eso!


DIOS:
Santificado significa digno de respeto, santo, sagrado.


HOMBRE:
Ahora entendí. Pero nunca había pensado en el sentido de la palabra SANTIFICADO. 'Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo...'

 

DIOS: ¿Estás hablando en serio?


HOMBRE:
Claro! ¿Por qué no?


DIOS:
¿Y que haces tú para que eso suceda?


HOMBRE:
¿Cómo qué hago? ¡Nada! Es que es parte de la oración, hablando de eso... sería bueno que el Señor tuviera un control de todo lo que acontece en el cielo y en la tierra también.


DIOS:
¿Tengo control sobre ti?


HOMBRE:
Bueno... ¡Yo voy a la Iglesia


DIOS:
¡No fue eso lo que te pregunté! ¿Qué tal el modo en que tratas a tus hermanos, la forma en que gastas tu dinero, el mucho tiempo que das a la televisión, las propagandas por las que corres detrás, y el poco tiempo que me dedicas a Mi?


HOMBRE:
Por favor, ¡Para de criticar!


DIOS:
Disculpa. Pensé que estabas pidiendo que se haga mi voluntad. Si eso fuera a acontecer.. ¿Qué hacer con aquellos que rezan y aceptan mi voluntad, el frío, el calor, la lluvia, la naturaleza, la comunidad....


HOMBRE:
Es cierto, tienes razón. Nunca acepto tu voluntad, pues reclamo por todo. Si mandas lluvia, pido sol.. si mandas sol me quejo del calor, si mandas frío, continuo reclamando; pido salud, pero no cuido de ella, dejo de alimentarme o como mucho.


DIOS:
Excelente que reconozcas todo eso. Vamos a trabajar juntos tú y yo. Vamos a tener victorias y derrotas. Me está gustando mucho tu nueva actitud.


HOMBRE:
Oye Señor, preciso terminar ahora, esta oración está demorando mucho más de lo acostumbrado. Continúo...'el pan nuestro de cada día dánoslo hoy'...


DIOS:
¡Para ahí! ¿Me estas pidiendo pan material? No solo de pan vive el hombre sino también de Mi Palabra. Cuando Me pidas el pan, acuérdate de aquellos que no lo tienen. ¡Puedes pedirme lo que quieras, deja que me vea como un Padre amoroso! Estoy interesado en la última parte de tu oración, continúa...


HOMBRE:
'Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden....'


DIOS:
¿Y tu hermano despreciado?


HOMBRE:
¿Ves? Oye Señor, él me criticó muchas veces y no era verdad lo que decía. Ahora no consigo perdonarlo. Necesito vengarme.


DIOS:
Pero.. ¿Y tu oración? ¿qué quieres decir con tu oración? Tú me llamaste y estoy aquí, quiero que salgas de aquí transformado, me gusta que seas honesto. Pero no es bueno cargar con el peso de la ira dentro de tí! ¿Entiendes?


HOMBRE:
Entiendo que me sentiría mejor si me vengara.


DIOS:
¡No! Te vas a sentir peor. La venganza no es buena como parece.. Piensa en la tristeza que me causarías, piensa en tu tristeza ahora. Yo puedo cambiar todo para ti. Basta que tú lo quieras.


HOMBRE:
¿Puedes? ¿Pero cómo?


DIOS:
Perdona a tu hermano, y Yo te perdonaré a ti y te aliviaré.


HOMBRE:
Pero Señor.. no puedo perdonarlo.


DIOS:
¡Entonces no me pidas perdón tampoco!


HOMBRE:
¡Estás acertado! Pero solo quería vengarme, quiero la paz Señor.. Está bien, está bien: perdono a todos, pero ayúdame Señor!. Muéstrame el camino a seguir.

 

DIOS: Esto que pides es maravilloso, estoy muy feliz contigo. Y tú... ¿Cómo te estas sintiendo?


HOMBRE:
¡Bien, muy bien! A decir verdad, nunca me había sentido así. Es muy bueno hablar con Dios.


DIOS:
Ahora terminemos la oración.. prosigue...


HOMBRE:
'No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal...'


DIOS:
Excelente, voy a hacer justamente eso, pero no te pongas en situaciones donde puedas ser tentado.


HOMBRE:
y ahora... ¿Qué quieres decir con eso?


DIOS:
Deja de andar en compañía de personas que te llevan a participar de cosas sucias, secretas. Abandona la maldad, el odio. Todo eso te lleva al camino errado. No uses todo eso como salida de emergencia.


HOMBRE:
¡No te entiendo!


DIOS:
¡Claro que entiendes! Has hecho conmigo eso varias veces. Vas por el camino equivocado y luego corres a pedirme socorro.


HOMBRE:
Tengo mucha vergüenza, perdóname Señor.


DIOS:
¡Claro que te perdono! Siempre perdono a quien está dispuesto a perdonar también. Pero cuando me vuelvas a llamar acuérdate de nuestra conversación, medita cada palabra que dices. Termina tu oración.


HOMBRE:
¿Terminar? Ah, sí, 'AMEN!'


DIOS:
¿Y qué quiere decir 'Amén'?


HOMBRE:
No lo sé. Es el final de la oración.


DIOS:
Debes decir AMEN cuando aceptas todo lo que quiero, cuando concuerdas con mi voluntad, cuando sigues mis mandamientos, porque AMEN quiere decir ASÍ SEA, estoy de acuerdo con todo lo que oré.


HOMBRE:
Señor, gracias por enseñarme esta oración, y ahora gracias también por hacérmela entender.


DIOS:
Yo amo a todos mis hijos, pero amo más a aquellos que quieren salir del error, a aquellos que quieren ser libres del pecado. ¡Te bendigo, y permanece en mi paz!


HOMBRE:
¡Gracias Señor! ¡Estoy muy feliz de saber que eres mi amigo!

 

LEE CON ATENCIÓN LO QUE SIGUE:


Pedro negó a Jesús tres veces.

¡Durante 60 segundos, deja lo que estas haciendo, y aprovecha esta oportunidad!

Veamos si Satán puede detener esto. Todo lo que tienes que hacer es lo siguiente:
1.Simplemente ora por la persona que te envió esto.

2. Luego, trasmítelo a las personas que conozcas.

3. En un rato, más personas habrán orado por ti, y tu habrás logrado que muchas personas oren a Dios por otras personas.

4. Luego, piensa por un momento y aprecia el poder de Dios en tu vida, por hacer lo que tú sabes que a El le encanta. Jesucristo dijo, 'Si tú no te avergüenzas de mí, yo no me avergonzaré de ti ante mi Padre'.

 

Si no tienes vergüenza, trasmite este mensaje...solo si crees en ello honestamente y con verdadera fe..


'Sí, amo a Dios. El es mi fuente de existencia y mi Salvador. El me mantiene funcionando día y noche. Sin El, nada soy, pero con El todo lo puedo en Cristo Señor que me da fuerza'.

 

¡Qué Dios Te Bendiga!

TU  ANGEL

 

 

 

martes, 20 de marzo de 2012

El don de la reciprocidad

 

Querien Vangal

 

 

Alegrarse por el bien del otro (Mt 5, 16)

Favores y agradecimientos, dar y recibir, don de la reciprocidad, don de dos vías. Qué ambiente virtuoso se logra cuando unos y otros están atentos entre ellos, y se tratan recíprocamente como hijos de Dios. Cuando una persona hace conciencia de su responsabilidad para con los demás, darse a los demás, participar en la búsqueda de su bien, está ejerciendo el "don de la reciprocidad", no sólo si recibe un agradecimiento o una retribución por su buen acto, sino porque al hacer el bien a un semejante, se está haciendo bien a sí mismo.

 

Es difícil vivir en comunión, amándonos unos a los otros, porque hoy por hoy, se nos insta a pensar primero y únicamente en nosotros mismos, de tal forma que la atención se centra en nuestras necesidades y gustos, y dejamos de lado las necesidades y gustos de los demás. Olvidamos que..."la vida del otro, su salvación, tienen que ver con mi vida y mi salvación"; nuestra existencia está relacionada con la de los demás, tanto en el bien como en el mal" (Mensaje del Papa para la Cuaresma 2012).

 

Esta precisa y apremiante afirmación del Papa nos lleva a revisar una de las cualidades que hoy en día se ha perdido en gran medida, "el saber escuchar". La persona que verdaderamente escucha, está considerando a su semejante como alguien valioso, como alguien digno de atención, considera importante dedicarle su tiempo, porque es un hijo de Dios y entonces se puede alegrar por sus alegrías o acompañarlo en sus tristezas.

 

La persona que se siente escuchada agradece inmensamente esta atención. No es fácil escuchar como debe ser, prestar atención con los oídos, con la mente, con el corazón, con la mirada, no prestar atención al mismo tiempo que atendiendo y mandando un mensajito por el celular, no prestando atención al mismo tiempo que viendo la televisión o leyendo el periódico, sino atender con todo nuestro ser, con la viva y sincera intención de entender el sentir y la necesidad real del otro. Una sociedad como la actual puede llegar a ser sorda, tanto ante los sufrimientos físicos, como ante las exigencias espirituales y morales de la vida (Mensaje del Papa para la Cuaresma 2012).

 

Catholic.net sabe escuchar y se alegra de ser útil a tantas almas que visitan este portal. Las 24 horas del día de todos los días del año, su Staff y todos sus colaboradores voluntarios, personas de carne y hueso, abren su corazón a las miles de personas que hacen uso frecuente de sus múltiples servicios.

 

Catholic.net considera hijos de Dios a todos sus visitantes. Catholic.net escucha en sus Foros a las personas que tienen dudas o que quieren compartir sus experiencias o conocimientos, en la Red Internacional de Oración a las personas que piden oraciones por los que sufren o por alguna necesidad especial; Catholic.net escucha en los consultorios a todos los que tienen un problema de cualquier índole, humano o espiritual; en la comunidad de Jóvenes a los jóvenes que quieren conocer de mejor manera a Cristo o que tienen la esperanza de encontrar a Dios; en la Sección de Sexualidad y Bioética, a los que buscan orientación ante problemas éticos graves, y así en cada una de sus múltiples secciones.

 

Catholic.net para seguir escuchando necesita de la limosna de todos sus bienhechores y aún mejor, de todos sus visitantes. En esta Cuaresma, Catholic.net te pide una limosna, la mejor que puedas dar, para que junto con la de otros muchos bienhechores, permanezca de pie, vigente y extendiendo el Evangelio a todo el mundo y ayudando a llevar a muchos corazones, la verdadera alegría que da el conocer cada vez mejor a Cristo, Nuestro Señor.

Cuando sufres y no entiendes nada


Lo que estás viviendo te parece que no encaja con el concepto del Dios bueno y justo del que has oído hablar tantas veces. Viene la tentación de la desesperanza y hasta la fe se ve amenazada


Por: Evaristo Sada | Fuente: www.la-oracion.com

 

¿Por qué me sucede esto a mí? ¿Cómo lo permite Dios? ¿Qué hice para merecer este castigo? ¿Qué será de mi futuro? Son preguntas hirientes que brotan con frecuencia en medio del sufrimiento.


Con el salmista (Sal 30) gritamos: tristeza


"Piedad, Señor, que estoy en peligro:

se consumen de dolor mis ojos,

mi garganta y mis entrañas."


Le damos vueltas con la cabeza y no entendemos nada. Es simplemente incomprensible. Toda la sensibilidad se retuerce y a veces se rebela. No es para menos. "No lo entiendo, Señor, no tiene ningún sentido, no me entra en la cabeza."


"A ti, Señor, me acojo:

no quede yo nunca defraudado;

Tú, que eres justo, ponme a salvo,

inclina tu oído hacia mí;

ven aprisa a librarme,

sé la roca de mi refugio,

un baluarte donde me salve".


Las cosas no me cuadran


Lo que estás viviendo te parece que no encaja con el concepto del Dios bueno y justo del que has oído hablar tantas veces. Viene la tentación de la desesperanza y hasta la fe se ve amenazada.


Pero apenas puedes levantar la mirada, ves el universo: su belleza, el orden, la perfección, el detalle, la grandeza, la abundancia... y no es difícil concluir que lo hizo y lo conserva un Padre bueno que vela por sus hijos.


Ves tu vida: el mero hecho de existir cuando podrías no haber sido, tu capacidad de amar, tu familia, tu bautismo, tu educación, tus amigos... y tantas cosas buenas y bellas de tu persona y de tu historia. Aunque no es que todo sea perfecto, su belleza y gratuidad desvelan el rostro amable de un Dios que cobija a sus criaturas.


La Providencia Divina


Esa es la Providencia. No se puede probar con argumentos, hay que experimentarla. A veces se nubla u oscurece, más cuando se está en medio de la batalla; son momentos, sucesos o circunstancias particulares, pero cuando se ve en perspectiva todo adquiere sentido. Y a veces se requieren décadas para tener suficiente perspectiva. Es como estar perdido en medio de un laberinto y luego ser capaz de verlo desde lo alto y encontrarle sentido.


La historia de José, hijo de Jacob, es elocuente: pasó una historia de odio, envidia, mentira, ingratitud, sensualidad... para que llegara a cumplirse el designio de Dios sobre su pueblo. Vale la pena recordarlo. Sus hermanos primero se burlaron de él, después le odiaron y le rechazaron, planearon su muerte, por fin lo arrojaron a un pozo, lo vendieron como esclavo a los primeros extranjeros, unos egipcios, que pasaron por ahí e informaron a su padre que había muerto. La esposa del faraón lo tentó, luego mintió y lo acusó injustamente. José acabó en la cárcel del faraón. ¿Podría haber imaginado lo que iba a suceder después? El caso es que Dios le concedió el cargo administrativo más alto en el reino; tuvo la oportunidad de perdonar a sus hermanos, de volver a abrazar a su padre, de ofrecer a su familia y a las familias de todos sus hermanos una nueva tierra, un nuevo pueblo, una nación donde salvar sus vidas en un momento de tremenda hambre y carestía. El pueblo de Israel creció y se consolidó en Egipto.


Incendios que dan vida


Hace unos meses me invitaron a dar un taller de oración en Calgary. Tuvimos el curso en un lugar montañoso con zonas inmensas de bosque. Mientras iba por carretera pasamos por un bosque amplísimo que se había incendiado, sólo se veían troncos caídos y cenizas. Mi reacción natural fue decir: "¡Qué desastre!" Poco después apareció un gran cartel que decía: "Incendios que dan vida". El fuego forma parte del sistema de regeneración de un bosque. Cantidad de semillas permanecen encerradas en las piñas hasta que el calor de un incendio las libera. Las cenizas fertilizan el campo. Gracias a incendios de hace 30 años tenemos ahora bosques espléndidos.


Es necesario ver el conjunto en perspectiva. La oración es el mirador.

Cuando el sufrimiento y el misterio se hacen presentes en la propia vida, tenemos en las manos un momento privilegiado para hacer oración. No necesariamente se encuentran respuestas; más aún, rara vez se encuentran explicaciones lógicas a lo que sucede, pero es tiempo fecundo para crecer en el conocimiento personal, para reconocer los propios límites, dejarse interpelar por Dios que nos llama a la conversión y anclar la vida en una confianza inquebrantable en la providencia de Dios.

 

La historia es como un río que lleva su curso; en el camino encuentra tropiezos y remolinos, pero sigue su curso. Y el Plan de Dios se cumplirá. "En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo." (Jn 16,33)


"Yo confío en ti, Señor,

te digo: ´tú eres mi Dios´.

En tus manos están mis azares (...);

qué bondad tan grande, Señor,

reservas para tus fieles,

y concedes a los que a ti se acogen".


Cuando Dios permite que suframos sus hijos, nos ofrece una oportunidad de purificación y, sobre todo, de alguna manera nos dice: "No busques más razones, me tienes a mí como respuesta".


"Yo decía en mi ansiedad:

"me has arrojado de tu vista";

pero tú escuchaste mi voz suplicante

cuando yo te gritaba".


Tu oración la escucha el mismo Dios que vio en la cruz a su único Hijo, Jesucristo: el crucificado que redimió a la humanidad.


La presencia infalible de Dios Padre y el ejemplo silencioso de Cristo crucificado se manifiestan a la hora de la prueba como una nueva epifanía del amor personal de Dios en tu vida. No hay manera de demostrarlo, pero quizá es una experiencia que habrás vivido más de alguna vez. Cuando abres la puerta de la fe, Él te ayuda a encajar el golpe, a recuperar la paz y a experimentar con más fuerza aún su paternidad.


Piénsalo un poco. En tu propio sufrimiento, al cabo de los años, ¿has experimentado de alguna manera la mano Providente de Dios? Si no es así, convérsalo con Él.

lunes, 19 de marzo de 2012

LA FE MUEVE MONTAÑAS



”POR MUY LARGA QUE SEA LA TORMENTA
EL SOL VUELVE A BRILLAR ENTRE LAS NUBES".
"A VECES SE PIERDE LO BUENO, BUSCANDO LO MEJOR"

Más abajo está la virgen que te limpia la casa...!!!
No te arrepientas todo pasa por algo....
Tan pronto les llegue debe irse.



Virgen que se lleva los problemas........


No dejes que se apague
"Un verdadero amigo es aquel que entra cuando el resto del mundo sale"











jueves, 8 de marzo de 2012

El Amor Produce Milagros...

 

Querien Vangal

 

Una pequeña fue a su habitación y sacó un frasco  que estaba escondido en su closet.


Esparció su contenido en el suelo y
contó con cuidado. Tres  veces, incluso.  el total fue contado a la  perfección. No había cabida a errores.


Con cuidado regresó las monedas al frasco
  y cerrando la tapadera, ella salió sigilosamente por la puerta trasera y caminó 6 cuadras hasta la Farmacia de Rexall, que tenía un gran signo de jefe indio sobre la puerta.

Ella esperó pacientemente a
que el farmacéutico le prestara atención, pero estaba muy ocupado por el momento

Tere movió sus pies para que rechinaran
sus zapatos. Nada.  Se aclaró la garganta lo mas  fuerte que pudo. No sirvió de nada, finalmente tomó .25 centavos del frasco y tocó  en el mostrador de cristal.  Con eso fue suficiente!

'Y que es lo que quieres?' le preguntó el
farmacéutico con tono de disgusto en la voz. Estoy hablando con mi hermano que viene de Chicago y no he visto en años
 

'Bueno,  quiero hablar contigo acerca de mi hermano', Tere le contestó, con el mismo tono de impaciencia.  'El está realmente muy, muy enfermo. . . y quiero
comprar un milagro'.
 'Perdón?' dijo el farmacéutico.

'Su nombre es Andrés y algo malo ha
estado creciendo en su cabeza y mi papi dice que solo un milagro puede salvarlo, ahora dime, cuanto cuesta un milagro.



'Nosotros no vendemos milagros aqui, chiquita.  Lo siento pero no puedo ayudarte', dijo
el farmacéutico, con voz suave.


Oye, tengo dinero para pagarlo. Si
no es suficiente, conseguiré lo que falte, solo dime cuanto cuesta'


El hermano del farmacéutico que era un hombre
muy bien vestido. Intervino y le preguntó a la niñita, 'Que clase de milagro necesita tu hermano?'


'No sé, replicó Tere, con los
ojos muy abiertos. Yo solo se que está muy enfermo y mami dice que necesita una operación. Pero mi papi no puede pagarla, por eso quiero usar mi dinero' 'Cuánto tienes?', le preguntó el hombre de Chicago 'Un dólar y once centavos', contestó Tere, apenas audible.   Y ese es todo el dinero que tengo, pero puedo conseguir mas si es necesario'


'Bueno, que coincidencia', sonrió el hombre.
'Un dólar y once centavos el precio exacto de un milagro para los hermanitos'.


El tomó el dinero en sus manos y con la otra sostuvo su manita enguantada
y dijo 'Llévame a donde vives. Quiero ver a tu hermano y conocer a tus padres.  Veamos si tengo el milagro que necesitas'.


Ese hombre bien vestido era el Dr. Carlton
Armstrong, un cirujano especializado en neuro-cirujía.

La operacion fue completamente gratis y sin
cargo alguno por su estancia en el hospital, hasta que
Andrés regreso sano a casa.


Mami y papi comentaron felices de
la cadena de eventos que les trajo a todo esto.


'Esa cirugía', susurraba su madre, 'fue un
milagro real. Ya me imagino cuanto podría costar?


Tere sonrió.  Ella sabía exactamente cuanto cuesta un milagro. . . un dólar con once centavos. . .mas la fe de una chiquilla.


En nuestras vidas nunca sabemos cuantos
milagros vamos a necesitar.


Un milagro no es la suspensión de una ley natural
sino la implementación de una ley superior.  Yo se que mantendrás la pelota en movimiento!


Esto es, mándasela a quien signifique algo para ti!


Una bola es un círculo, sin principio ni fin.

Nos mantiene juntos como un círculo de amigos.

El tesoro que encierra es ver la amistad que me has regalado.

Hoy te paso la pelota.


Dásela a alguien que consideres tu amigo.


YO TE JURO

Cuando estés triste. . .Secaré tus lagrimas

Cuando tengas miedo. . . calmaré tus miedos.

Cuando estés preocupado. . . te daré esperanza.

Cuando estés confundido. . .te ayudaré
a encontrar tu camino.

Y cuando estas perdido.. ...y no puedas ver la

luz, yo seré tu faro. . .Brillando radiante.

Este es mi juramento .. . . que sostengo hasta el final.

Que más podrías pedir. . .Si tú eres mi amigo.


Firma:
DIOS

 

Costumbres antiguas

Antiguamente, en el mes de Mayo era costumbre, entre los católicos, enviar una imagen de la Virgen dentro de una cajita que iba de casa en casa. Esas personas tenían mucho orgullo de recibir la imagen en su casa. En recuerdo de esa antigua costumbre te envío esta imagen de a la Virgen Medalla Milagrosa para que te ayude en caso que la aceptes.



Será una prueba de amor hacer seguir este mensaje a fin de que la Virgen María viaje de casa en casa, de hogar en hogar, de escritorio en escritorio, Ella estará bien si llega a un lugar en el que alguien la esté necesitando y ella pueda ayudar... aliviar los problemas. Nuestra Santa Madre recorre el mundo entero llevándose nuestras preocupaciones y nuestras angustias. Te la enviamos, no la retengas y ayúdala a continuar su camino llevándole socorro a quien lo necesite, pues hay muchos necesitándola en este preciso momento.

Buen viaje, Nuestra Señora!!!








sábado, 3 de marzo de 2012

Sinceridad de corazón

 

Por: Querien Vangal

 

Las llamadas coloquialmente "virtudes domésticas" son aquellos valores que muchas veces se dan por supuestos y que en otras ocasiones están un tanto arrinconados. Sin embargo, sin ellos la convivencia familiar, social y religiosa se hace imposible. En múltiples ocasiones se ha insistido en la necesidad de la sinceridad en la vida cristiana, porque "solo la conversión es posible desde la sinceridad, desde el examen de conciencia sincero y arrepentido". Por eso mismo, viene bien que en este tiempo de Cuaresma nos examinemos de cómo andamos en la sinceridad, porque sin ella no infundimos confianza a los demás, no creamos un clima de cordialidad y familiaridad a nuestro alrededor.

Decimos que una persona es sincera cuando tiene aprecio por la verdad y sus acciones están marcadas por el amor.  No es casual que en una sociedad donde no se valora el "esplendor de la verdad" y la misma caridad se ha cosificado, la sinceridad con Dios, con uno mismo y con los demás, sea un "bien escaso". Parece prevalecer más la mentira, la artificialidad, el fingimiento etc., que la rectitud de intención en lo que pensamos, hablamos y hacemos, de tal manera que como diría Maugham: "en tiempos de hipocresía cualquier sinceridad parece cinismo". Pero la necedad de los farsantes es creer que aquello que se habla en secreto no será descubierto, y ahí tenemos el dicho popular: "Más pronto cae un hablador que un cojo". Así pues, terminadas las ferias de las vanidades de este mundo pasajero, sólo quedará de la persona su claridad sencilla y sus obras edificadas en el amor.

 

Ahora bien, conseguir un corazón sincero supone: la renuncia a la mentira y medias verdades; la constancia del empeño de cada día por mantener la verdad en la caridad; y la prudencia que nos libera de confundir la sinceridad con la ingenuidad inconsciente.

 

La sinceridad con uno mismo se asienta en el conocimiento de las cualidades y defectos de cada uno. Ello motiva un doble sentimiento, por un lado de gratitud por los dones recibido del Altísimo, por otro de aceptación y superación de los defectos propios de la naturaleza humana y aquellos procedentes de los errores personales. El saber situarse en el espejo de uno mismo, sin extremismos de ningún tipo, demanda una buena dosis de humildad.

 

Para la persona creyente, la sinceridad con Dios reside en la toma de conciencia de su dependencia radical con Aquel que le ha dado el ser y lo sostiene. De igual forma, el no creyente, si quiere ser sincero consigo mismo, tendrá que preguntarse alguna vez: "¿Qué tienes que no lo hayas recibido?, ¿de qué te jactas, como si no lo hubieses recibido?".  Hay todo un mundo que nos precede y del cual no podemos prescindir, por ello también somos seres dependientes de los otros, en cuanto: vida, ambiente, cultura y tantas otras cosas que nos vienen dadas. Si aceptamos esa dependencia directa e indirecta, llegaremos a ser sinceros con Dios, con los demás y nos habremos encontrado a nosotros mismos.

 

La sinceridad tiene un rostro que refleja sencillez, naturalidad, franqueza. La persona sincera no se enreda ni se complica por dentro, no busca lo aparatoso en lo exterior, sino que hace de lo ordinario de cada momento algo extraordinario tocado por la bondad de su corazón. El reverso de este semblante es la afectación, el glamour, la pedantería, la jactancia que tanto nos aleja de los demás y crea un envolvente vacío existencial.

 

La raíz de la falta de sinceridad se halla en la soberbia. A aquel que cree que todo lo puede conseguir por sus muchas cualidades y esfuerzos, le será muy difícil reconocer el misterio en su vida y a la vez descubrir lo positivo que poseen los demás. Esa ceguera le hace perder objetividad ante su propia historia, la culpa de sus fallos siempre la tendrán los demás, será incapaz de someterse a la verdad, de valorar el amor y la amistad. Por eso, el soberbio intentará desplazar a Dios, ignorar a sus semejantes y sus labios no proferirán una palabra veraz.