domingo, 11 de noviembre de 2012

Alguien a quien amar

La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar"

Léelo en silencio

El siguiente es el relato verídico de un hombre llamado Víctor. Al cabo
de meses de encontrarse sin trabajo, se vio obligado a recurrir a la
mendicidad para sobrevivir, cosa que detestaba profundamente.

Una fría tarde de invierno se encontraba en las inmediaciones de un
club privado cuando observó a un hombre y su esposa que entraban al mismo.

Víctor le pidió al hombre unas monedas para poder comprarse algo de comer.

- Lo siento, amigo, pero no tengo nada de cambio -replicó éste. La
mujer, que oyó la conversación, preguntó:
- ¿Qué quería ese pobre hombre?
- Dinero para una comida. Dijo que tenía hambre -respondió su marido.
- Lorenzo, no podemos entrar a comer una comida suntuosa que no
necesitamos y ¡Dejar a un hombre hambriento aquí afuera!
- Hoy en día hay un mendigo en cada esquina! Seguro que quiere el
dinero para beber.
-¡Yo tengo un poco de cambio! Le daré algo.

Aunque Víctor estaba de espaldas a ellos, oyó todo lo que dijeron,
avergonzado, quería alejarse corriendo de allí, pero en ese momento oyó
la amable voz de la mujer que le decía:
- Aquí tiene unas monedas. Consígase algo de comer, aunque la situación
está difícil, no pierda las esperanzas. En alguna parte hay un empleo
para usted. Espero que pronto lo encuentre.
-¡Muchas gracias, señora! Me ha dado usted ocasión de comenzar de nuevo y me ha ayudado a cobrar ánimo. Jamás olvidaré su gentileza.
-Estará usted comiendo El Pan de Cristo! Compártalo -dijo ella con una
cálida sonrisa dirigida más bien a un hombre y no a un mendigo.

Víctor sintió como si una descarga eléctrica le recorriera el cuerpo,
encontró un lugar barato donde comer, gastó la mitad de lo que la
señora le había dado y resolvió guardar lo que le sobraba para otro
día, comería el pan de Cristo dos días. Una vez más, aquella descarga
eléctrica corría por su interior. ¡El Pan de Cristo!
-¡Un momento! -pensó-. No puedo guardarme el pan de Cristo solamente para mí mismo.

Le parecía estar escuchando el eco de un viejo himno que había
aprendido en la escuela dominical. En ese momento pasó a su lado un anciano.
-Quizás ese pobre anciano tenga hambre -pensó-.
Tengo que compartir el pan de Cristo.
- Oiga -exclamó Víctor-. ¿Le gustaría entrar y comerse una buena comida?

El viejo se dio vuelta y lo miró con descreimiento.
- ¿Habla usted en serio, amigo? El hombre no daba crédito a su buena
fortuna hasta que se sentó a una mesa cubierta con un hule y le pusieron delante un plato de guiso caliente.

Durante la cena, Víctor notó que el hombre envolvía un pedazo de pan
en su servilleta de papel.
- ¿Está guardando un poco para mañana? -le preguntó.
- No, no. Es que hay un chico que conozco por donde suelo frecuentar,
la ha pasado mal últimamente y estaba llorando cuando lo dejé, tenía
hambre. Le voy a llevar el pan.
- El Pan de Cristo! Recordó nuevamente las palabras de la mujer y
tuvo la extraña sensación de que había un tercer Convidado sentado a
aquella mesa. A lo lejos las campanas de una iglesia parecían entonar a
los dos el viejo himno que le había sonado antes en la cabeza.
Los dos hombres llevaron el pan al niño hambriento, que comenzó a
engullírselo. De golpe se detuvo y llamó a un perro, un perro perdido y asustado.
- Aquí tienes, perrito. Te doy la mitad -dijo el niño. El Pan de Cristo
alcanzará también para ti.

El niño había cambiado totalmente de semblante. Se puso de pie y
comenzó a vender el periódico con entusiasmo.
- Hasta luego -dijo Víctor al viejo-. En alguna parte hay un empleo
para usted. Pronto dará con el. No desespere.
- ¿Sabe? -su voz se tornó en un susurró-. Esto que hemos comido es el

Pan de Cristo. Una señora me lo dijo cuando me dio aquellas monedas
para comprarlo. El futuro nos deparará algo bueno!
Al alejarse el viejo, Víctor se dio vuelta y se encontró con el perro
que le olfateaba la pierna.
Se agachó para acariciarlo y descubrió que tenía un collar que llevaba
grabado el nombre del dueño. Víctor recorrió el largo camino hasta la
casa del dueño del perro y llamó a la puerta.

Al salir éste y ver que había encontrado a su perro, se puso
contentísimo, de golpe la expresión de su rostro se tornó seria. Estaba
por reprocharle a Víctor que seguramente había robado el perro para
cobrar la recompensa, pero no lo hizo, Víctor ostentaba un cierto aire
de dignidad que lo detuvo.

En cambio dijo:
- En el periódico vespertino de ayer ofrecí una recompensa. ¡Aquí tiene!
Víctor miró el billete medio aturdido.
- No puedo aceptarlo -dijo quedamente-. Solo quería hacerle un bien al perro.
- Téngalo! Para mi lo que usted hizo vale mucho más que eso,
le interesará un empleo?

Venga a mi oficina mañana, me hace mucha falta una persona íntegra como usted.
Al volver a emprender Víctor la caminata por la avenida, aquel viejo
himno que recordaba de su niñez volvió a sonarle en el alma, se titulaba:
'Parte el Pan de Vida'...

'NO OS CANSEIS DE DAR, PERO...NO DEIS LAS SOBRAS, DAD HASTA SENTIRLO,

HASTA QUE DUELA'.

QUE EL SEÑOR NOS CONCEDA LA GRACIA DE TOMAR NUESTRA CRUZ Y SEGUIRLO,

AUNQUE DUELA.

AHORA, SI LO DESEAS, COMPARTE ESTO CON LOS DEMAS, 'EL PAN DE CRISTO'.....

YO YA LO HICE.

ESPERO QUE SIRVA DE ALGO EN TU VIDA...

¡QUE DIOS LOS BENDIGA SIEMPRE...!!!

Señor Jesús:'Te amo mucho, te necesito para siempre, estás en lo más
profundo de mi corazón, bendice con tus néctares corporales, a mi
familia, mi casa, mi hogar, mi empleo, mis finanzas, mis sueños, mis
proyectos y a mis amigos'.

Pasa esta oración , excepto a mí.

Y estate contento porque has pasado

EL PAN DE CRISTO





martes, 18 de septiembre de 2012

La verdad del amor humano


Documento de la CEE que consiste en orientaciones sobre el amor conyugal, la ideología de género y la legislación familiar. 4 julio 2012

Autor: SIC (Servicio de Información de la Iglesia Católica en España)
El nuevo documento de la Conferencia Episcopal Española “La Verdad del amor humano. Orientaciones sobre el amor conyugal, la ideología de género y la legislación familiar”, aprobado por la plenaria de la CEE, fue dado a conocer este 4 de abril.

El documento, dividido en seis partes, pone las bases de la concepción cristiana del matrimonio y de la familia, fundamentada en la naturaleza humana y en el bien común de la sociedad. Las partes del documento son: La verdad del amor, un anuncio de esperanza; La verdad del amor, inscrita en el lenguaje del cuerpo; El amor conyugal: «Como Cristo amó a su Iglesia» (Ef 5, 25); La disolución de la imagen del hombre; Amor conyugal, institución y bien común; y Hacia una cultura del matrimonio y de la familia. El texto concluye señalando la misión y el testimonio del matrimonio y de la familia.

ESQUEMA DEL DOCUMENTO

I. Anuncio de la buena noticia del matrimonio y de la familia (Capítulos 1-3: números 1-44)

Introducción (1-5): “queremos proponer de nuevo los principios fundamentales sobre la persona humana sexuada y sobre el amor esponsal propio del matrimonio”.

1. Hay un amor que nos precede, más grande que nuestras propias ideas y deseos, el Amor que Dios es. Buscar el amor consiste ante todo en aprender a recibirlo, acogerlo, experimentarlo y hacerlo propio. El amor, ante todo, se nos da y nos hace, no es mero fruto de nuestro querer ni pura expresión de nuestros sentimientos (6-16).

2. El cuerpo es la persona en su visibilidad. La sexualidad humana, es decir, la masculinidad y la feminidad, no es un simple atributo, sino constitutivo del modo de ser de la persona; va, por tanto, unida a su dignidad espiritual y expresa la entrega sincera de sí en el amor (17-23).

3. El amor del hombre y de la mujer, en su arquetipo conyugal, es comprometido; crea plena comunión de vida entre ellos; es fiel y exclusivo, fecundo y para siempre (24-38).

4. El pecado impide la realización de la persona en la verdad del amor. La virtud de la castidad permite vivir la sexualidad en su verdadera belleza. El sacramento del matrimonio sana, perfecciona y eleva el amor conyugal (39-44).

II. Denuncias y propuestas (Capítulos 4-6: números 45-145)

a) En el nivel de las ideas o principios:

1. Denuncia del espiritualismo (45-51), de la ideología de género (52-65) y de políticas de familia desenfocadas e insuficientes (66-70).

2. Propuestas para la acción y ayudas para la esperanza (77-81).

b) En el nivel de los hechos sociales:

1. Denuncia de la privatización emotivista o romántica del amor (82-90), de la falta de reconocimiento y promoción de los bienes que el amor conyugal y la familia reportan a la sociedad (91-105) y de las legislaciones que discriminan o ni siquiera reconocen ni protegen al matrimonio (97-111).

2. Propuesta a la responsabilidad de todos (112-115) y de la comunidad eclesial (116-121); propuestas de educación afectivo-sexual (122-125), de preparación para el matrimonio (127-134), de promoción de políticas familiares justas (135-138).

Conclusión: una tarea social por excelencia (139-141) y una misión y gracia eclesial (142-145).

DIEZ CLAVES PARA COMPRENDER EL DOCUMENTO

1) El ser humano no puede vivir sin amor. Pero el origen del amor no se encuentra en el hombre mismo, sino en el misterio de Dios, que se revela y sale al encuentro de cada hombre como Aquel que es el amor. Por eso, el hombre, creado como unidad de cuerpo y alma, a imagen de Dios, busca sin cesar el amor.

2) La persona humana existe necesariamente como hombre o como mujer, dado que el cuerpo es la persona en su visibilidad. La sexualidad humana no es separable de la dignidad espiritual del ser humano, que tiene su expresión en la entrega sincera de sí mismo en el amor.

3) El amor conyugal es un amor comprometido, que crea plena comunión de vida entre un hombre y una mujer; es fiel y exclusivo, fecundo y para siempre.

4) La belleza de la verdad que une la dignidad humana con la vocación al amor no es apreciada por causa del pecado, que separa a los hombres de su vocación haciéndolos perderse en visiones reductivas y rotas de la sexualidad. Es necesario cultivar la castidad, virtud por la que se vive la sexualidad en toda su belleza. El sacramento del matrimonio sana, perfecciona y eleva el amor conyugal.

5) Tanto el espiritualismo, que no reconoce a la corporeidad sexuada su sentido espiritual, como la ideología de género, que le niega su carácter personal, impiden la consideración adecuada del ser humano en su realidad armónica de imagen de Dios y, por tanto, imposibilitan también el reconocimiento de la verdad del matrimonio y de la familia.

6) La ideología de género, sobre el trasfondo de la cultura pansexualista, deforma la imagen del hombre al considerar que éste, dejando atrás su corporeidad sexuada –confundida con una mera biología del sexo–, habría de afirmar su libertad por medio de la llamada opción de género, que le haría dueño de su propia historia. Pero este vaciamiento del significado personal del cuerpo tiene serias consecuencias negativas: se impone la cultura de la muerte, con su negación de la fecundidad, de la vida.

7) La influencia de la ideología de género y de sus presupuestos ha conducido a una desvalorización sin precedentes del matrimonio y de la familia, sobre todo en las leyes y la cultura dominante. Desde 2005 el matrimonio, en cuanto unión de un hombre y una mujer, ha desaparecido del Código civil, y los españoles han perdido el derecho de ser considerados y protegidos específicamente por la ley como “esposo” o como “esposa”. Por otro lado, las políticas sociales no reconocen de modo adecuado el valor social de la familia. Sin embargo, se observa una valoración creciente de la familia por la sociedad.

8) El matrimonio es un bien social de primer orden. Es necesario romper los clichés que lo presentan como un estorbo para el desarrollo de la persona y de la sociedad. Custodia el amor de las personas y se constituye en valioso “capital social”.

9) La mejor respuesta a los daños causados por la ideología de género es la obra de la nueva evangelización. El conocimiento de Jesucristo abrirá el camino al aprecio de la belleza de la verdad del ser humano y de su vocación de amor.

10) El anuncio y la promoción de la verdad del amor humano compete y obliga a todos los miembros de la Iglesia y, en realidad, a todos los que sean consientes de lo que está en juego: la felicidad de las personas y el fortalecimiento de la sociedad, gracias a una antropología de la comunión entre los hombres.



LA CURACION DEL CUERPO LLEGA A TRAVES DEL ALMA"


Querien Vangal

Tarde o temprano todos los seres humanos enfermamos y el dolor reduce nuestra capacidad para el trabajo y el placer, llegando incluso a arrebatarnos la vida.

Sin embargo, pocas son las personas conscientes de que la enfermedad aparece cuando malgastamos nuestra energía.

Permitimos que nos la roben o la encarrilamos hacia objetivos erróneos.

Comprenderlo así nos abre el camino de la autocuración, un milagro posible si interpretamos las dolencias del cuerpo como lo que lo de verdad son: expresiones de un malestar espiritual que SI tiene curación.

Los miedos, las fobias, la falta de autoestima o el afán excesivo de control pueden tener repercusiones físicas insólitas y de difícil diagnóstico, que sólo podemos resolver aprendiendo a mantenernos en contacto con nuestro YO más hondo.

Aprender el leguaje del sistema energético humano es un medio para comprendernos a nosotros mismos, un medio para salir airosos de estos retos espirituales..

Al comprender la anatomía de la energía, se identifican las pautas o modalidades de nuestra vida, y la profunda interrelación que existen en el funcionamiento de mente, cuerpo y espíritu.

Este conocimiento propio nos proporcionará placer y paz mental, y al mismo tiempo, lo conducirá a la curación emocional y psíquica.

Nos rodea una energía emocional generada por experiencias interiores y exteriores, tanto las positivas, como las negativas. Estas fuerzas influyen en el tejido físico interno del cuerpo.

De esta manera, la biografía de una persona; es decir, las experiencias que conforman su vida, se convierte en su biología.


LA BIOGRAFIA SE CONVIERTE EN BIOLOGIA

Nuestro cuerpo contiene nuestra historia, todos los capítulos, párrafos y versos, línea a línea, de todos los acontecimientos y relaciones de nuestra vida.

Un miedo, por ejemplo, activa todos los sistemas corporales: el estómago se tensa, el ritmo cardiaco se acelera y tal vez el cuerpo comienza a sudar. Un pensamiento amoroso puede relajar todo el cuerpo.

Todos tenemos sentimientos negativos, pero no toda aptitud negativa produce enfermedad.

Para crear enfermedad, las emociones negativas tienen que ser dominantes.

Por ejemplo, una persona puede saber que debe perdonar a alguien, pero decide que continuar enfadada le da más poder.

Continuar obsesivamente enfadada la hace más propensa a desarrollar una enfermedad porque la consecuencia energética de una obsesión negativa es la impotencia.

La energía es poder, y transmitir energía al pasado pensando insistentemente en acontecimientos penosos resta poder al cuerpo, (o sea lo debilita) y puede conducir a la enfermedad.

El poder (que nos da la energía) es esencial para sanar y para conservar la salud. Las aptitudes que generan sensación de impotencia no sólo conducen a una falta de estima propia, sino que también agotan la energía del cuerpo físico y debilitan la salud en general.


EL PODER PERSONAL ES NECESARIO PARA LA SALUD...

Muchas personas desarrollan una enfermedad cuando pierden algo que para ellas representa poder, como el dinero y el trabajo o cuando pierden a alguien a quien le han otorgado poder o le han cedido su identidad, como el cónyuge, un progenitor o un hijo.

Nuestra relación con el poder esta en el núcleo de nuestra salud.

Para que una terapia alternativa tenga éxito es necesario que el paciente tenga un concepto interno del poder, una capacidad para generar energía interna y recursos emocionales, como por ejemplo, creer en su autosuficiencia.

Es necesario tomar conciencia de lo que nos da poder. La curación de cualquier enfermedad se facilita identificando nuestros símbolos de poder y escuchando los mensajes que el cuerpo y las intuiciones nos envían acerca de ellos


LA PERSONA PUEDE SANARSE SOLA

Curación total y cura no son lo mismo. Se produce una "cura" cuando la persona ha logrado controlar o detener el avance físico de una enfermedad.

Curar una enfermedad física, sin embargo, no significa necesariamente que se haya aliviado también el estrés emocional y psíquico que formaba parte de ella.

En este caso es muy posible, y con frecuencia probable, que

la enfermedad reaparezca.

El proceso de la cura es pasivo, es decir, el paciente se inclina a ceder su autoridad al médico y al tratamiento prescrito, en lugar de desafiar activamente la enfermedad y recuperar la salud.

La curación en cambio es un proceso activo e interno que implica investigar las aptitudes, los recuerdos y las creencias con el deseo de liberarse de todas las pautas negativas que impiden la total recuperación emocional y espiritual.

Conseguir salud, felicidad y equilibrio energético se reduce a

centrar más la atención en lo positivo que en lo negativo, y a vivir de una manera espiritualmente coherente con lo que sabemos que es la verdad.


LA CONCIENCIA Y SU CONEXION CON LA CURACION

Durante las cuatro ultimas décadas se ha escrito mucho sobre el papel de la mente en la salud, nuestras actitudes tienen un papel importantísimo en la creación y la destrucción de la salud corporal.

La depresión, por ejemplo, no sólo afecta a la capacidad de sanar, sino que deteriora directamente el sistema inmunológico.

El enfado, la amargura, el resentimiento y la rabia, obstaculizan el proceso de curación, o lo impiden totalmente.

La voluntad de sanar tiene un enorme poder, y sin ese poder interior una enfermedad suele salirse con la suya.


LA CONCIENCIA Y LA MUERTE

¿Significa esto que las personas que no se curan no han conseguido ampliar su conciencia?

NO, en absoluto. Morir no significa no haber sanado.

La muerte es una parte inevitable de la vida.

La realidad es que muchas personas si se curan de sus tormentos emocionales y psíquicos, y por lo tanto mueren sanadas.

Al igual que nacemos en el momento idóneo para que nuestra energía entre en la tierra, también hay un momento idóneo para dejar la tierra, no tenemos que morir con dolor y enfermedad.

La mente consciente es capaz de liberar el espíritu del cuerpo

sin tener que soportar el dolor del deterioro físico.

Esta elección la podemos tomar todos.

Tomar conciencia significa cambiar las reglas según las cuales vivimos y las creencias que conservamos.

Nuestros recuerdos y aptitudes son literalmente las reglas que determinan la calidad de vida y la fuerza de los lazos con los demás.

Todos podemos mejorar la calidad de nuestra vida a voluntad, por supuesto, pero eso no quiere decir que todas las enfermedades van a ser curadas.

A veces una persona tiene que soportar una enfermedad por motivos que le servirán para afrontar sus miedos y su negatividad.

…Y a veces a una persona le ha llegado la hora de morir.

La muerte no es el enemigo, el enemigo es el miedo a la muerte.



sábado, 25 de agosto de 2012

La FE, un Regalo de DIOS


Por:Querien Vangal
Julio / 2012

Aceptar los designios de Dios aunque no los entendamos, aunque no nos gusten. Si tuviéramos la capacidad de ver el fin desde el principio tal como Él lo ve, entonces podríamos saber por qué a veces conduce nuestra vida por sendas extrañas y contrarias a nuestra razón y a nuestros deseos. Tener fe es dar cuando no tenemos, cuando nosotros mismos necesitamos.

La fe siempre saca algo valioso de lo aparentemente inexistente; puede hacer que brille el tesoro de la generosidad en medio de la pobreza y el desamparo, llenando de gratitud al que recibe y al que da.

Tener fe es creer cuando resulta más fácil recurrir a la duda. Si la llama de la confianza en algo mejor se extingue en nosotros, entonces ya no queda más remedio que entregarse al desánimo. La creencia en nuestras bondades, posibilidades y talentos, tanto como en los de nuestros semejantes, es la energía que mueve la vida hacía grandes derroteros.

Tener fe es guiar nuestra vida no con la vista, sino con el corazón. La razón necesita muchas evidencias para arriesgarse, el corazón necesita sólo un rayo de esperanza. Las cosas más bellas y grandes que la vida nos regala no sé pueden ver, ni siquiera palpar, sólo sé pueden acariciar con el espíritu.

Tener fe es levantarse cuando se ha caído. Los reveses y fracasos en cualquier área de la vida nos entristecen, pero es más triste quedarse lamentándose en el frío suelo de la autocompasión, atrapado por la frustración y la amargura. Tener fe es arriesgar todo a cambio de un sueño, de un amor, de un ideal. Nada de lo que merece la pena en esta vida puede lograrse sin esa dosis de sacrificio que implica desprenderse de algo o de alguien, a fin de adquirir eso que mejore nuestro propio mundo y el de los demás.

Tener fe es ver positivamente hacía adelante, no importa cuán incierto parezca el futuro o cuan doloroso el pasado. Quien tiene fe hace del hoy un fundamento del mañana y trata de vivirlo de tal manera que cuando sea parte de su pasado, pueda verlo como un grato recuerdo.

Tener fe es confiar, pero confiar no sólo en las cosas, sino en lo que es más importante… En las personas. Muchos confían en lo material, pero viven relaciones huecas con sus semejantes.

Cierto que siempre habrá gente que te lastime y traicione tu confianza, así que lo que tienes que hacer es seguir confiando y sólo ser más cuidadoso con aquél en quien confías dos veces.

Tener fe es buscar lo imposible: sonreír cuando tus días se encuentran nublados y tus ojos se han secado de tanto llorar.

Tener fe es no dejar nunca de desnudar tus labios con una sonrisa, ni siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes cuándo tu sonrisa puede dar luz y esperanza a la vida de alguien que se encuentre en peor situación que la tuya.

Tener fe es conducirse por los caminos de la vida de la forma en que un niño toma la mano de su padre. Es que dejemos nuestros problemas en manos de DIOS y nos arrojemos a sus brazos antes que al abismo de la desesperación. Fe es que descansemos en Él para que nos cargue, en vez de cargar nosotros nuestra propia colección de problemas.

Que en tu vida haya suficiente fe para afrontar las situaciones difíciles, junto con la necesaria humildad para aceptar lo que no sé pueda cambiar.



Hoy puedo darle un beso a Dios


Nunca podremos captar todo el significado de una cosa si no la experimentamos, si no somos capaces de verla, de tocarla.

Por: P. Juan Antonio Ruiz J., L.C.
Fuente: www.la-oracion.com

En otro tiempo Dios, que no tenía cuerpo ni figura, no podía de ningún modo ser representado con una imagen. Pero ahora que se ha hecho ver en la carne y que ha vivido con los hombres, puedo hacer una imagen de lo que he visto de Dios… con el rostro descubierto contemplamos la gloria del Señor (...) La belleza y el color de las imágenes estimulan mi oración. Es una fiesta para mis ojos, del mismo modo que el espectáculo del campo estimula mi corazón para dar gloria a Dios» (San Juan Damasceno, imag. 1, 16).

***

Durante la comida de ayer, un amigo mío irlandés me comentaba que la primera vez que pasó calor en su vida fue en Salamanca, España. Era el mes de agosto y salió al campo árido de Castilla. El paisaje que descubrió nada tenía que ver con las lluviosas tardes de su querida isla irlandesa. Y fue ahí donde, por primera vez, entendió aquellas palabras de Cristo: Si alguno tiene sed, que venga a mí. Hasta el momento, aunque las había leído, no había entendido del todo.

Esta conversación me hizo recordar la noticia que leí hace poco sobre la publicación de la primera Biblia adaptada al lenguaje de los esquimales en Canadá. ¿Cómo explicar el término “Pastor” a los que nunca han visto una oveja? Tuvieron que buscar realidades que ellos entendieran para poder transmitirlo.

Así somos los seres humanos. Nunca podremos captar todo el significado de una cosa si no la experimentamos, si no somos capaces de verla, de tocarla. Por eso la Encarnación de Cristo fue, sin lugar a dudas, una revolución: Dios se hizo visible, de carne y hueso. Y cuando Él ascendió al cielo, no quiso desampararnos: nos dejó la Eucaristía y, en un segundo pero importante lugar, las imágenes, acercándonos más al misterio de Dios.

Si meditamos a fondo, creo que todos somos conscientes de que muchas de nuestros momentos más hermosos de diálogo con Dios han sido delante de una imagen. Así sucedió en la vida de los santos. Santa Teresa, por ejemplo, inició su conversión al ver una imagen de Cristo flagelado. San Francisco de Asís emprendió la fundación de los franciscanos ante un crucifijo dentro de una iglesia en ruinas. ¿Y tú?

El texto de San Juan Damasceno es una oda a la oración delante de una imagen: La belleza y el color de las imágenes estimulan mi oración. Y sí, tal vez nunca comprenderemos del todo quién es Dios, pero podemos intuirlo gracias a la contemplación de un crucifijo, llagado ahí por amor a mí; tal vez no alcancemos a darnos cuenta del maternal cuidado que María tiene si no la vemos en alguna de sus advocaciones. Y la lista sigue…

Hoy puede ser una buena oportunidad para acercarte a una de estas imágenes y, a través de ella, decirle a Dios: «¡Cuánto me has amado, Señor». Y terminar mi oración con un beso lleno de ternura. ¿A que así la oración no parece tan difícil

Para escribir tus comentarios entra a Hoy puedo darle un beso a Dios.

Esperamos tus comentarios, participa. Comparte tu sed y tu experiencia de Dios con apertura y humildad, para ayudarnos entre todos en un clima de amistad.

Este artículo se puede reproducir sin fines comerciales y citando siempre la fuente www.la-oracion












miércoles, 25 de julio de 2012

Equilibrios


Los equilibrios en el mundo humano sólo tienen sentido como trampolines para nuevas conquistas, para aventuras en las que el amor es capaz de arriesgarlo todo.

Por: Fernando Pascual, LC

Fuente: Catholic.net

El universo existe, cambia, se modifica, entre equilibrios más o menos complejos, entre tensiones profundas y difícilmente previsibles.

Hay equilibrios frágiles entre galaxias y planetas, entre protones y electrones, entre animales y plantas, entre países y continentes, entre miembros de una familia, amigos y conocidos.

Los equilibrios en el mundo humano son sumamente complejos. A nivel individual, cada uno busca un estado de serenidad, de salud, de armonía interior. Queremos que el cuerpo esté sano, que no sufra por los cambios de temperatura, que supere satisfactoriamente las gripes anuales, que no engorde ni adelgace demasiado.

No sólo el cuerpo necesita estar en equilibrio, sino también la propia psicología. Las decisiones que tomamos, los libros que leemos, los pensamientos que ocupan nuestro corazón, las apreciaciones sobre los acontecimientos, necesitan alcanzar niveles de equilibrio sin los cuales la personalidad puede sucumbir a las muchas enfermedades del espíritu.

A nivel social, los equilibrios son mucho más complejos. Cuando interactúan dos o más personas, se conjugan opciones y temperamentos a veces muy diferentes, si es que no llegan a ser contrapuestos. En la escuela o en el trabajo, en la vida de pareja o en las relaciones con los padres y los hijos, en la calle o en el parlamento, los equilibrios se suceden con rapidez, muchas veces a costa de peligros serios o de conflictos profundos que llevan a confrontaciones entre individuos y grupos.

Buscamos el equilibrio en tantos niveles. Pero sería un error aspirar a equilibrios estáticos como si fuesen el fin de la propia existencia. Porque no vivimos para conquistar una serenidad profunda a través de un balanceo más o menos ´fijo´ entre tendencias y fuerzas contrapuestas. Porque incluso los más ´equilibrados´ saben que basta una corriente de aire, una discusión en familia o un resbalón por la calle para que todo el equilibrio salte por los aires. Porque la vida humana no tiene un horizonte cerrado ante sí, sino que avanza continuamente hacia metas nuevas, hacia la conquista de equilibrios o desequilibrios abiertos a un futuro lleno de sorpresas.

Los individuos y las sociedades se engañan, por lo tanto, si aspiran a eternizar equilibrios que son siempre caducos. Equilibrios que, en no pocas ocasiones, nos impiden ser capaces de amar y de luchar contra tantos males de un mundo lleno de heridas.

No vale la pena vivir encerrado en una habitación segura cuando podemos salir para comprometernos en la lucha por una sociedad más justa. No tiene sentido casarse para lograr una satisfacción mutua más o menos tranquila sin lanzarse a la aventura maravillosa que inicia con la llegada de cada hijo. No funciona una sociedad que cierra sus fronteras a quien es ´distinto´ simplemente para proteger unos equilibrios económicos que parecen sanos pero que no son más que quietudes que llevan a la muerte.

Los equilibrios en el mundo humano sólo tienen sentido como trampolines para nuevas conquistas, para aventuras en las que el amor es capaz de arriesgarlo todo. Es triste morir en equilibrios de egoísmo donde uno buscó simplemente estar tranquilo y evitar problemas. Es hermoso morir por asumir riesgos al dar lo mejor de nosotros mismos, al desgastar la propia vida en la tarea de amar alegremente, sin medida...





Cuando el corazón está frío como el hielo


Anímate ya a suavizar tu corazón rodeándolo de amor y esperanza perdonando a quienes te ofendieron.

Por:. Dennis Doren L.C.

Fuente: Catholic.net

Afuera hace frío, mucho frío. Se ve el aliento de las personas al respirar, mientras caminan envueltos en abrigos y bufandas y las manos en los bolsillos. Quizá las crestas de los montes estén cubiertas de nieve o de hielo, pero hay gente que tiene su corazón caliente, y no importa el frío de las calles; personas que tienen una razón para vivir, gente feliz y que sabe amar, que sabe convertir todas las cosas duras de la vida en algo bueno, algo positivo; tienen esperanza, confían en Dios, aman a su prójimo y se esfuerzan por mantener un clima de paz y calor en sus hogares, en su trabajo. Pero, ¡qué duro debe ser que ahí afuera haga frío y que el corazón esté congelado, hecho hielo!, frío por fuera y frío por dentro. Hielo es la desesperanza, dejarse arrancar día a día los restos de confianza a los que uno se agarra para seguir viviendo. Hielo es el rencor y el odio que va pudriendo poco a poco de modo irremediable tantos corazones. ¡Qué hielo tan duro, es el miedo a la vida, al futuro, a la vejez, a la enfermedad y a la soledad, a que no te reconozcan! Necesitamos que salga el sol dentro de nosotros mismos, el sol de la esperanza, del amor, del optimismo, de la paz interior; tenemos que forzarnos a nosotros mismos y, antes que nada, obligarnos a creer que el sol puede salir en nuestra vida. Hace un tiempo compré un bote de helado, y como no lo comí todo, decidí guardarlo en el congelador. Durante varios días estuve pensando en comerlo, pero luego lo olvidaba y lo seguía guardando para otro día. Finalmente, se llegó el momento de comerlo, pero para mi sorpresa, el helado estaba totalmente congelado, a tal grado, que ni siquiera un cuchillo podía penetrarlo. Apenas podía creer que en tan poco tiempo se hubiera endurecido tanto. Así que tuve que esperar más de veinte minutos para empezar a comerlo. Lo que le ocurrió a mi helado, me hizo pensar en las personas que se enojan con Dios, con la vida, con sus amigos y familiares, que pierden las esperanzas y sus corazones y sus vidas se congelan. Son personas que no han sabido enfrentar las dificultades y situaciones difíciles, que dicen frases como "Algún día los perdonaré"; pero lo que en verdad hacen, es poner sus corazones en el congelador. Conforme pasa el tiempo, sus corazones se vuelven cada día más duros, no pueden perdonar a quienes en algún momento les ofendieron. No logran acercarse a Dios y reconfortarse en Su Amor y Su Misericordia; y cada día se alejan más y cada día se vuelve todo más difícil. Si te sientes así, recuerda lo que le pasó a mi helado, no esperes mucho tiempo. Anímate ya a suavizar tu corazón rodeándolo de amor y esperanza perdonando a quienes te ofendieron, y todo lo demás vendrá por añadidura. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy, recuerda que nadie sabe en qué momento puede ser llamado a rendir cuentas. El que desespera de todo, puede tener muchas razones y excusas, pero también algo de culpa, porque penas, sufrimientos, apuros económicos, contratiempos, están repartidos en la vida de todos; pero ahí está también la mente, nuestra mente, para buscar soluciones a los problemas, y unos la usan y otros no. Ahí están nuestras manos para trabajar, y unos les dan uso y otros no; ahí está Dios que sí ayuda a los que confían, pero unos le rezan a ese Dios y otros le dan la espalda; ahí están las oportunidades que ofrece la vida, pero unos las buscan y otros se excusan diciendo que nada se puede hacer. El sol de la esperanza puede salir, y de hecho sale, en la vida de todos los que se fuerzan a sí mismos a creer en Dios y en sí mismos; que se fuerzan a esperar lo mejor, a luchar por salir adelante a pesar de todo, yo no puedo controlar el clima de afuera, pero sí el interior de mi espíritu. Los problemas lo pueden quebrantar a uno, si se deja; pero pueden fortalecerlo, si los enfrenta como retos magníficos



miércoles, 4 de julio de 2012

Descubrir a Cristo como Amigo


Su presencia suaviza las penas, enciende alegrías, da fortaleza para afrontar una vida llena de sorpresas y de pruebas.

Por: P. Fernando Pascual LC
Fuente: Catholic.net

Tal vez lo hemos leído muchas veces: Jesús no quiere llamarnos siervos. Su deseo consiste en que seamos y vivamos como amigos (cf. Jn 15,14-15).

La vida, sin embargo, nos arrastra con mil problemas, mil angustias, mil miedos, mil placeres que llegan y que pasan. Estamos más preocupados por el trabajo o por la pintura del techo que por lo que le ocurre a nuestro Amigo.

Jesús, sin embargo, mantiene su mano tendida, su Corazón abierto, su mirada llena de cariño. Sabemos que nos espera, con una presencia humilde y acogedora, en la Eucaristía. Sabemos que anhela perdonarnos en el encuentro de la misericordia que se produce en cada confesión bien hecha.

Si dejamos un poco de espacio a su amor de Amigo, si le abrimos, aunque sea una simple rendija, la puerta del alma, entrará con gusto. Así podremos cenar juntos (cf. Ap 3,20).

Es entonces cuando descubriremos que su presencia suaviza las penas, enciende alegrías, da fortaleza para afrontar una vida llena de sorpresas y de pruebas.

Tener a Cristo cerca cambia completamente la existencia humana. El mundo adquiere un color distinto. El que es verdadero amigo del Amigo eterno entiende pronto que hemos nacido para Él, y que nuestro corazón, como el de san Agustín y el de tantos santos del pasado y del presente, sólo podrá estar tranquilo y sereno cuando lo encontremos.

Uno de los amigos de Jesús, Robert Benson, escribió, hace ya muchos años, unas líneas poéticas que reflejan lo que significa encontrarse con el Señor, en la intimidad alegre del amor verdadero. Llevan como título Así es mi amigo.

Te diré cómo le conocí:

había oído hablar mucho de Él, pero no hice caso.

Me cubría constantemente de atenciones y regalos, pero nunca le di las gracias.

Parecía desear mi amistad, y yo me mostraba indiferente.

Me sentía desamparado, infeliz, hambriento y en peligro, y Él me ofrecía refugio, consuelo, apoyo y serenidad; pero yo seguía siendo ingrato.

Por fin, se cruzó en mi camino y, con lágrimas en los ojos, me suplicó: ven y mora conmigo.

Te diré cómo me trata ahora: satisface todos mis deseos.

Me concede más de lo que me atrevo a pedir.

Se anticipa a mis necesidades.

Me ruega que le pida más.

Nunca me reprocha mis locuras pasadas.

Te diré ahora lo que pienso de Él: es tan bueno como grande.

Su amor es tan ardiente como verdadero.

Es tan pródigo en Sus promesas como fiel en cumplirlas.

Tan celoso de mi amor como merecedor de él.

Soy su deudor en todo, y me invita a que le llame amigo



CARTA DE DIOS


Mientras te levantabas esta mañana, yo te observaba.

Esperaba que me hablaras, aunque fuesen unas pocas palabras preguntando mi opinión acerca de algún tema o agradeciéndome por algo bueno que te hubiese sucedido el día de ayer.

Pero noté que estabas muy ocupado… buscando la ropa adecuada que te ibas a poner para ir al trabajo. Seguía esperando mientras corrías por la casa arreglándote, creí que encontrarías unos cuantos minutos para detenerte y decirme ¡Hola ¡

Pero para ver si por fin me percibías, encendí el cielo para ti, lo llené de colores y dulces cantos de pájaros... pero ni siquiera te diste cuenta de ello.

Te miré mientras te ibas al trabajo y esperé pacientemente todo el día.

Con tantas actividades supongo... que estabas muy ocupado para decirme algo.

De regreso, vi tu cansancio, quise rociarte para que el agua se llevara todo tu stress. Pensé que agradándote, te acordarías de mi. Sin embargo, enfurecido, ofendiste mi nombre. Deseaba tanto que me hablaras...Aún quedaba bastante tiempo.

Después encendiste el televisor.

Esperé pacientemente mientras mirabas tu programa favorito, luego cenaste y nuevamente te olvidaste de hablar conmigo.

Te noté cansado, entendí tu silencio y apagué el resplandor del cielo pero no te dejé a oscuras.

Lo cambié por un lucero...en verdad fue hermoso, pero no estuviste interesado en verlo, estabas demasiado ocupado...

. A la hora de dormir creo que ya estabas agotado.

Dijiste... Buenas noches, a tu familia, caminaste hacia tu cama y casi de inmediato te dormiste.

Acompañé con música tus sueños. Mis animales nocturnos se lucieron. No hay problema...porque quizás no te des cuenta que siempre estoy ahí para ti.

Tengo más paciencia de la que te imaginas.

Quisiera enseñártela para que puedas tenerla con los demás.

Te amo tanto que espero todos los días por una oración y el paisaje que diseño cada amanecer es para ti.

Bueno... te estás levantando otra vez y no me queda otra cosa que entregarte todo el amor que siento por ti y continuar esperando que al menos el día de hoy me dediques solo... un poco de tiempo.

Que tengas un buen día...



domingo, 27 de mayo de 2012

El que no vive para servir, no sirve para vivir


Eres fuerte

Una persona fuerte sabe cómo mantener en orden su vida. Aún con lágrimas en los ojos, se las arregla para decir con una sonrisa, "estoy bien".

Envía este mensaje a una persona fuerte. Yo acabo de hacerlo. Dios es bueno. El cambio viene. Dios vio tu tristeza y dijo que los tiempos duros han pasado. Si crees en El, envía esto a varias personas, incluyéndome a mí. Espera lo que pasara en cinco minutos! Se honesto y envíalo a todos los que te hicieron sonreír este año. Te sorprenderá ver cuánta gente te responde. Gracias por hacerme sonreír. Vive, ríe, ama.

"Pon al Señor en el primer lugar de todas las cosas, y El coronará de éxito todos tus esfuerzos"**

Quien te lastima te hace *FUERTE*,

Quien te critica te hace *IMPORTANTE*,

Quien te envidia te hace *VALIOSO*,

Y a veces es divertido saber que aquellos que te desean lo peor....

tienen que soportar que te ocurra *LO MEJOR!!!*

Le oro a Dios para que te cuide, le oro a Dios para que te ilumine, le oro a Dios para que esté siempre a tu lado y le oro a Dios para que nunca te falte la Felicidad. Debes darlo a los que mas quieres, inclúyeme si me quieres..













El poder de Dios.

SUCEDIÓ EN EGIPTO

UN EGIPCIO ÁRABE MUSULMÁN MATÓ A SU ESPOSA PORQUE LA ENCONTRÓ LEYENDO EL EVANGELIO. ENTONCES DECIDIÓ NO TENER NADA QUE VER CON ELLA, NI CON SU DESCENDENCIA Y LA MATÓ Y SEPULTÓ EN UNA CRIPTA ( COMO SE HACE EN EGIPTO). TAMBIÉN SEPULTÓ EN LA CRIPTA A SU BEBÉ (NENA) RECIÉN NACIDA Y A SU HIJA DE 8 AÑOS "VIVOS".

DIJO A LA POLICÍA LOCAL QUE UN LADRÓN ASESINÓ A SU FAMILIA Y QUE LOS SEPULTÓ PORQUE PASARON VARIOS DÍAS Y SE ESTABAN DESCOMPONIENDO.

15 DÍAS DESPUÉS DE LO SUCEDIDO UN TÍO, PARIENTE DE ÉL, FALLECIÓ DE CAUSAS NATURALES Y LA FAMILIA PROCEDIÓ A SEPULTARLO EN LA CRIPTA DEL MUSULMÁN. TUVIERON QUE ABRIRLA PARA PASAR EL CUERPO, CUANDO DESCUBRIERON A LA NIÑA Y A LA BEBÉ " Y ESTABAN VIVOS."

TODO EL PAÍS QUEDÓ SHOCKEADO Y EL HOMBRE SERÁ EJECUTADO SEGÚN LAS LEYES MUSULMANAS EGIPCIAS.

LA POLICÍA PREGUNTO A LA NIÑA ¿CÓMO HIZO PARA SOBREVIVIR 15 DÍAS ENCERRADA Y CON UNA HERMANITA BEBÉ?

ELLA RESPONDIÓ MUY NATURALMENTE: "UN HOMBRE QUE USABA ROPAS BRILLANTES Y TENÍA HERIDAS EN LAS MANOS VENÍA TODOS LOS DÍAS PARA ALIMENTARME Y SIEMPRE DESPERTABA A MI MAMÁ PARA QUE LE DIERA EL PECHO A MI HERMANITA".

LA NIÑA FUE ENTREVISTADA POR UNA CONOCIDA PERIODISTA DE UNA TV NACIONAL EGIPCIA QUE TENÍA EL ROSTRO CUBIERTO CON CHADOR SEGÚN LA COSTUMBRE MUSULMANA.

LA NIÑA DIJO ESTO A LA TV: "FUE EL JESÚS QUE ME CONTABA MI MAMÁ QUIEN VINO A CUIDARNOS, AHORA SE QUE ÉL HACE COSAS ASÍ, MI MAMÁ ME LO CONTABA, LAS HERIDAS QUE EL TENÍA EN LAS MANOS ERAN IGUALES QUE LAS QUE MI MAMÁ ME CONTÓ QUE LE HICIERON CUANDO LO CRUCIFICARON, PERO ESTÁ VIVO. YO LO VI Y ME SALVÓ A MÍ Y A MI HERMANITA".

QUEDÓ CLARO PARA TODO EGIPTO QUE ESA NIÑA NO PODÍA INVENTAR ESA HISTORIA Y QUE VIVIERON UN MILAGRO VERDADERO. LOS LÍDERES MUSULMANES TENDRÁN UN TRABAJO MUY DIFICULTOSO PARA EXPLICAR ESTA HISTORIA. MÁXIME QUE EN UN PAÍS MUSULMÁN COMO EGIPTO EL FILM " LA PASIÓN DE CRISTO " SE ESTA VOLVIENDO MÁS Y MÁS REQUERIDO POR LA GENTE.

CON ESTA HISTORIA HAY CERTEZA QUE JESÚS ESTA EXPANDIENDO AÚN HOY SU MILAGROSA PALABRA, SU MENSAJE Y SU AMOROSA INFLUENCIA POR TODOS.

EXPANDE ESTA HISTORIA. "BENDECIRÉ A LA PERSONA QUE COLOQUE SU CONFIANZA EN MI" (JEREMÍAS 17).

SALMO: 23 "El señor es mi pastor nada me faltará".

Envía este Salmo, no lo cortes es por mi hogar y el tuyo también y nada te faltará. Cuando Dios te quita algo de tus manos no te está castigando, sólo está abriéndote las manos para que recibas algo mejor. El poder de Dios nunca te llevará donde la gracia de Dios no te pueda proteger. Algo bueno te pasará, algo que tú estabas esperando, por favor no te des por vencido. Repite estas palabras: Dios nuestro padre camina dentro de mi casa y llévate todas mis preocupaciones y enfermedades y por favor protege a toda mi familia en el nombre de Jesús, Amén.

Pasa esta oración a todos tus contactos incluyéndome a mi, mil Bendiciones recibirás. Está Dios primero en tu vida? si es así, deja de hacer lo que estas haciendo y envíalo.





martes, 8 de mayo de 2012

La misión de la familia en la verdad y la esperanza en el México del tercer milenio



La familia está llamada a ser un reflejo del amor y de la vida trinitaria en Dios y, desde esta convicción, la reconocemos como corazón y rostro de la esperanza para la Iglesia y la sociedad en México

Por: Mensaje de los obispos a las familias mexicanas

Abril / 2012

Al término de su XCIII Asamblea Ordinaria, celebrada en Lago de Guadalupe, estado México, del 16 al 20 de abril, los obispos mexicanos han dirigido un mensaje a las familias mexicanas, en el que invitan a unirse al VIII Encuentro Mundial de las Familias de Milán. Ofrecemos el texto completo del mensaje.

Mensaje a las familias mexicanas

“Y todos los días, en el templo y de casa en casa, no cesaban de enseñar y proclamar que Jesús es el Mesías” (Hch 5, 42)

1. Al concluir nuestra 93 Asamblea Plenaria, con el tema “La misión de la familia en la verdad y la esperanza en el México del tercer milenio”, los obispos de México, sucesores de los Apóstoles, como promotores y animadores de la esperanza, no cesamos de enseñar y proclamar a Cristo Resucitado a todos y ahora, de modo especial, a las familias mexicanas, llamadas por Dios a ocupar el lugar que les corresponde en la Iglesia y en la sociedad. En la alegría de la Pascua, les dirigimos nuestro saludo, así como a toda persona de buena voluntad.

2. En esta Asamblea, iluminados por la Luz del Resucitado y guiados por su Espíritu, hemos profundizado como pastores en la realidad de la familia en México, buscando acercar esa realidad a la verdad y asumiendo una actitud pastoral de cercanía, diálogo y misericordia con todas las personas. Por una parte, constatamos que la familia es la institución más importante en la vida social de los mexicanos y, por otra, reconocemos que se está dando un proceso de cambio en las llamadas estructuras familiares, entre las cuales, la que más bienestar aporta a la población en nuestra sociedad democrática, es la estructura formada por el esposo, la esposa y sus hijos, lo cual se demuestra históricamente y en los hechos.

3. Nos alientan las luces o valores de nuestras familias, entre los que podemos señalar: su unidad y pertenencia, la solidaridad y generosidad, el sentido de la fiesta y su dedicación al trabajo, la hospitalidad y la alegría, el gran valor de su fe y confianza en Dios y el entusiasmo apostólico de muchas de ellas. Todo esto es una enorme contribución en relaciones y recursos que la familia aporta a la Iglesia y a la sociedad. Pero también observamos que estos valores han sido impactados por los cambios que se van dando y que hacen surgir sombras o circunstancias difíciles o dolorosas en la misma familia como, por ejemplo: el creciente número de uniones libres, padres solos, divorcios, abandono de los hijos, violencia intrafamiliar y social, una sexualidad vivida al margen del amor y la fecundidad, pobreza, trato injusto a la mujer que trabaja, trata de personas, el fenómeno de la migración, el alcoholismo o las drogas. Todo esto propicia la desintegración familiar, con un alto costo humano y social.

4. Como el mismo Jesús, la Iglesia anhela decir a cada familia: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa” (Lc 19, 9). Él invita a cada familia a ser iglesia doméstica, pequeña comunidad de vida y amor, en donde se haga realidad el proyecto original de Dios para el matrimonio y la familia (Mt 19, 4-6). Él mismo, que integró una familia con San José y la Virgen María (Lc. 2, 40-52), enseña y conduce a las familias a vivir el amor y la comunión, y las envía como sus testigos en medio del mundo, nutriéndolas con los sacramentos, especialmente la Eucaristía, y con el pan de la Palabra. Toda la Sagrada Escritura es una revelación de las características del ser y la misión de la familia; es la fuente segura de su identidad. Invitamos a todos a conocerla y dejarse conducir por ella. No tengamos miedo de abrir nuestra libertad al proyecto original de Dios, que creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, diferentes para complementarse, y les concedió la bendición de la fecundidad.

5. Ante todo esto y desde nuestra fe y esperanza en Jesucristo, estamos convencidos de que este tiempo es la ocasión propicia para esforzarnos en comprender lo que realmente está sucediendo en torno a la familia. Vivimos en medio de cambios rápidos y pareciera que éstos son los que orientan el ser y la misión de la familia. Pero, ¿No sería ahora el momento de preguntarnos si corresponde a la familia cristiana ser el factor decisivo que oriente esos cambios? El presupuesto necesario para este cambio profundo es la conversión personal y pastoral al Evangelio del matrimonio, la familia y la vida.

6. La familia está llamada a ser un reflejo del amor y de la vida trinitaria en Dios y, desde esta convicción, la reconocemos como corazón y rostro de la esperanza para la Iglesia y la sociedad en México. Ella no puede seguir siendo tan sólo un objeto de la acción de la Iglesia y de la sociedad, sino, sobre todo, ha de ser sujeto activo y protagonista de la evangelización y del desarrollo social en todas sus dimensiones. Consideramos que esto es el centro de su ser y de la misión que Dios le encomienda hoy: ¡Es el tiempo de la familia! El futuro de la evangelización, como de la humanidad misma, depende mucho de ella. Por eso, haciendo nuestros el amor y la confianza del Papa Juan Pablo II en la familia le decimos: ¡Familia, cree en lo que eres! ¡Familia, sé lo que eres!

7. En la familia es muy importante la presencia del padre y de la madre: los hijos, fruto y signo visible de su amor, necesitan a ambos para forjar sanamente su personalidad, integrando armoniosamente sus diversas áreas. Esto requiere la estabilidad y la corresponsabilidad en el matrimonio. Invitamos a los esposos a luchar por ser fieles a su amor en un sí humano que se abre al sí incondicional de Dios, para sostenerse y madurar aun en los momentos difíciles. El matrimonio del que nace la familia, asumido y elevado por Cristo a la dignidad de sacramento, es signo de su entrega amorosa por todos nosotros. Invitamos especialmente a los jóvenes a no tener miedo a la vida matrimonial y familiar, y al compromiso maduro de un amor que es capaz de entregarse en la fidelidad para toda la vida. Ahí está el camino de su verdadera felicidad, de la que Dios es custodio y garante.

8. La familia se apoya subsidiariamente en la escuela formal en donde los maestros tienen la mayor cercanía con los niños, adolescentes y jóvenes. ¿Cómo lograr que la escuela sea una verdadera extensión del hogar? Ella no puede pretender sustituir a los padres en su misión educadora y, a su vez, es necesario que los padres apoyen también a los maestros en su labor docente. La misma Iglesia tiene conciencia de su vocación de acompañar a los papás en la educación en la fe de sus hijos. En resumen, familia, escuela e Iglesia, así como el Estado y otras instituciones de carácter social, deben colaborar entre sí para la realización de la tarea educativa.

9. Y cómo lograr que los medios de comunicación social ayuden a la familia a experimentar la verdad y la belleza de un amor estable, responsable y abierto a la vida? Reconocemos en estos medios la capacidad de apoyar a la familia y de fortalecer su identidad, pero también de perturbarla y hacerle dudar del ser y misión que Dios le confió. Invitamos a quienes sirven a la comunidad a través de ellos a tomar su responsabilidad ante Dios y la sociedad, respecto al matrimonio y la familia, que es santuario de la vida.

10. El papa Benedicto XVI, en su reciente Visita Pastoral a México, ha tenido palabras de reconocimiento y estímulo a la familia, comenzando por los niños, a quienes dijo: “Cada uno de ustedes es un regalo de Dios para México y para el mundo. Su familia, la Iglesia, la escuela y quienes tienen responsabilidad en la sociedad han de trabajar unidos para que ustedes puedan recibir como herencia un mundo mejor, sin envidias ni divisiones”; les aconsejó tener a Jesús como el mejor de sus amigos y a encontrarse con Él en la oración: “Los invito, pues, a rezar continuamente, también en casa; así experimentarán la alegría de hablar con Dios en familia”.

11. De la misma manera, los obispos de México dirigimos una palabra de aliento a las familias que se mantienen fieles a su amor, que viven su vocación a la luz de la fe y que van encontrando en ella el sentido de su esfuerzo y de sus sufrimientos cotidianos. Así mismo, junto con el Santo Padre, les manifestamos nuestra cercanía y solidaridad a tantas familias que se encuentran divididas o forzadas a la migración y a muchas más que padecen a causa de la pobreza, la corrupción, la violencia doméstica, el narcotráfico, la crisis de valores o la criminalidad. Nuestro compromiso pastoral nos impulsa a ir al encuentro de todos los matrimonios y familias en sus más variadas circunstancias. Con toda la Iglesia, queremos mostrarles el rostro misericordioso de Dios, manifestado en Cristo Jesús, y compartir su dolor, en la fe, la esperanza y el amor.

12. ¡Familia, sé lo que eres! De tu ser mismo se desprende tu misión. Y tu primera obra misionera es ser educadora. Tú eres la primera escuela en donde la persona se abre a la vida y donde se forja el hombre y el futuro de la Iglesia y de la sociedad. Tú eres la primera que transmite a las nuevas generaciones la alegría de creer en Dios; la que enseña el abc del amor de Dios y del amor humano que se transforman en valores y virtudes para la vida cotidiana. Eres escuela de paz; tú enseñas el camino de la paz mediante la justicia basada en la reconciliación y el perdón (cfr. Exhortación Pastoral “Que en Cristo nuestra Paz México tenga Vida Digna”). ¡Familia, toda la Nación mexicana necesita de ti!

13. Admiramos la grandeza de la vocación y misión que has recibido de Dios. Queremos animarte a vivirlas, queremos impulsarte a realizarlas y queremos llamar a todas las demás instituciones, religiosas y civiles, a ayudarte a ser lo que Dios quiere que seas, y a consolidarte, promoviendo todo aquello que necesitas para cumplir tu misión, y evitando lo que pueda perturbarte, dañarte o hacerte sufrir. Te invitamos a creer en el proyecto de Dios, a madurar en tu fe, y a experimentar la alegría de educar y transmitir esa fe como discípula misionera de Cristo.

14. Como pastores, reafirmamos nuestro compromiso permanente con la familia y reasumimos el Mensaje Final de nuestra 75 Asamblea Plenaria: “¡Basta! a toda destrucción de nuestras familias. Nos comprometemos a atender esmeradamente a la familia desde nuestro ministerio. Con toda la fuerza de la Nueva Evangelización, llamamos hoy a nuestros sacerdotes, a los consagrados y a los laicos a establecer un compromiso firme y audaz por anunciar, celebrar y servir el Evangelio del matrimonio, de la familia y de la vida en un espíritu de comunión” (n. 15).

15. Finalmente, invitamos a todos a unirse espiritualmente al próximo VIII Congreso Mundial de las Familias, que tendrá lugar en Milán del 30 de mayo al 3 de junio, a recoger sus frutos y a iluminar con el Evangelio las realidades humanizadoras del trabajo y la fiesta, especialmente el Domingo, Día del Señor y día de la familia. Invitamos también a cada familia a que se disponga a vivir intensamente, a partir del próximo 11 de octubre, el Año de la Fe, al que nos ha convocado el Papa Benedicto XVI. En este tiempo de gracia, la familia, célula viva de la Iglesia y de la sociedad, se verá fortalecida en la esperanza y nutrida en su vocación al amor.

Confiamos a la maternal intercesión de la Virgen de Guadalupe el cuidado y protección de todas las familias mexicanas



Santi y la muerte cerebral


En un ámbito como éste no se puede dar la mínima sospecha de arbitrio y, cuando no se haya alcanzado todavía la certeza, debe prevalecer el principio de precaución

Por: Lucrecia Rego de Planas
Fuente: Catholic.net

He visto a muchos muertos en mi vida.

El primero... a los nueve años de edad. Me llevaron del colegio al entierro del profesor Magaña, maestro de matemáticas. Recuerdo, como si fuera ayer, su rostro grisáceo dentro del ataúd, sus ojeras profundas y negras... Acerqué mi mano a su frente, pues le tenía gran aprecio, y sentí por primera vez el frío característico de un cuerpo sin vida... sensación que guardo en mis recuerdos hasta el día de hoy. El profesor estaba muerto, sin lugar a dudas.

De él, siguió la maestra de música, quien murió de púrpura sanguíneo ese mismo año y la veo aún en mi memoria, en su ataúd, con la cara amoratada... como si la hubieran golpeado, al igual que sus manos, entrecruzadas en el pecho. Su rostro rígido era el rostro mismo de la muerte. Estaba muerta, sin duda alguna.

No contaré de todos los muertos que han pasado por mi vida, pues el cuento se haría demasiado largo, pero he visto morir abuelos y abuelas, tíos y tías, primos y amigos cercanos, he visto morir a mi madre y a mi suegra... a todos ellos he tenido la oportunidad de despedir con un último beso en la frente y... todos... absolutamente todos, han dejado en mis labios el recuerdo del frío y la rigidez propias de la muerte.

No es así el caso del pequeño Santi, amigo del séptimo de mis hijos, a quien tengo ahora frente a mí, tendido en una cama de hospital y conectado a un respirador que va directo a su garganta y a varias sondas que entran en sus pequeños brazos.

Santi ingresó al hospital hace un par de días, para una sencillísima operación de amígdalas... las cosas se complicaron... tuvo una hemorragia interna que desencadenó una hemorragia cerebral y... ahora, los doctores afirman que Santi está muerto y recomiendan a los papás, con exagerada insistencia, donar todos sus órganos, empezando con el corazón, por supuesto.

Debo decir que Santi no es un muerto como los otros que han visto mis ojos: su cuerpo está tibio, su corazón late a ritmo normal, sus pulmones inhalan y exhalan al ritmo del respirador... su cara está rosada y sus facciones no tienen ningún signo de rigidez.

¿Está Santi realmente muerto?

¿Tan muerto como para poder sacarle el corazón latiendo, con la plena seguridad de no estar cometiendo un sacrificio humano, al estilo de los aztecas?

Es curioso que los doctores y enfermeras le llaman “el pacientito con muerte cerebral”. Me pregunto porqué no le llaman “el cadáver” en lugar de “el pacientito”. ¿Será que ellos tampoco están seguros de que Santi esté muerto y de que su cuerpo realmente sea un cadáver?

Recuerdo que en agosto del año 2000, Juan Pablo II marcó unos criterios éticos para los trasplantes y habló de la exigencia de tener la certeza moral de la muerte del sujeto, antes de realizar cualquier transplante de un órgano vital.

¿Cómo obtener esa certeza moral en el caso de Santi?

Juan Pablo II nos dijo que, para tener la certeza de la muerte, podemos confiar en el criterio neurológico, que significa la cesación total e irreversible de toda actividad cerebral (en el cerebro, el cerebelo y el tronco encefálico).

No soy médico, pero todos los que pasamos por el bachillerato sabemos que el tronco encefálico es el que regula los signos vitales... el latido del corazón, los movimientos respiratorios y el flujo vascular.

El corazón de Santi está latiendo y sus pulmones moviéndose... su sangre está circulando. Al parecer no ha cesado la actividad de su tronco encefálico... ¿o sí? Los doctores aseguran que si su corazón late, es sólo por los medicamentos que le están administrando y no por una actividad en el tronco encefálico; aseguran también, que sus pulmones funcionan sólo por el respirador y no por una actividad cerebral.

¿Podemos estar 100% seguros de eso? La única manera de comprobarlo, para tener una absoluta certeza, sería quitar los medicamentos y quitar el respirador. Si, entonces, el corazón de Santi deja de latir y los pulmones dejan de funcionar total e irreversiblemente, significaría, con una completa seguridad, que efectivamente el tronco encefálico ha cesado su actividad.

Por supuesto... los doctores se niegan a quitar los medicamentos y el respirador, pues si el corazón deja de latir, ya no les serviría para trasplantarlo. Su “cosecha de corazones”, que significa muchos miles de dólares en sus bolsillos, se vería frustrada.

¿Deben acceder los papás a la presión de los doctores para que “en un acto de generosidad extrema” otorguen el permiso de sacarle el corazón a Santi, sin tener la certeza absoluta de que está muerto, totalmente muerto?

Benedicto XVI, nuestro gran Papa, no ha dejado la menor duda acerca de qué debemos hacer en el caso de Santi y de todos los “pacientes con muerte cerebral”.

El Papa ha pronunciado un discurso acerca de los trasplantes en el que ha retomado todas las palabras de Juan Pablo II, dando continuidad y coherencia a la doctrina del Magisterio, pero ha añadido un párrafo que complementa e ilumina la difícil decisión que deben tomar ahora los papás de Santi y los papás de todos los “Santis” del mundo.

Copio sus palabras:

De todos modos, es útil recordar que los diferentes órganos vitales sólo pueden extraerse ex cadavere [del cadáver, ndt.], que posee una dignidad propia que debe ser respetada. La ciencia, en estos años, ha hecho progresos ulteriores para constatar la muerte del paciente. Es bueno, por tanto, que los resultados alcanzados reciban el consenso de toda la comunidad científica para favorecer la búsqueda de soluciones que den certeza a todos. En un ámbito como éste no se puede dar la mínima sospecha de arbitrio y, cuando no se haya alcanzado todavía la certeza, debe prevalecer el principio de precaución.

“Debe prevalecer el principio de precaución”. Es un mandato del Papa: mientras la ciencia no pueda, como hasta ahora no ha podido (*), aportar datos suficientes para que estemos absolutamente ciertos de que el cuerpo de Santi es un cadáver, no podemos, ni debemos permitir, que los médicos saquen su corazón.

¡Gracias Benedicto XVI, eres un pastor seguro y fiel!

Preguntas o comentarios

Si deseas leer más sobre transplantes

(*) El 14 de agosto del 2008 se anunció en un artículo científico que se había logrado realizar el primer trasplante de un corazón que ya no estaba latiendo http://www.medscape.com/viewarticle/579079. Parecía ser una buena noticia, pero... el procedimiento que usaron es digno de una película de terror. Imagínenlo: los médicos “preparan” en el quirófano al donante con “muerte cerebral” y al receptor, abriéndoles el pecho a los dos y dejando sus corazones latiendo al descubierto; quitan al donante las sondas y el respirador y... observando pasivamente cómo su corazón se apaga (sin hacer absolutamente nada por reanimarlo), cuentan 75 segundos (tiempo máximo de espera para que el corazón sin latir les siga siendo “útil”) y si no vuelve a latir a lo largo del “75, 74, 73... 2, 1, 0”, orgullosos y satisfechos de tener ya la "certeza absoluta" de la muerte del donante, le arrancan el corazón sin perder un segundo y lo trasplantan a su nuevo recipiente.